La Federación Andaluza de Tiro Olímpico tendrá que dejar el campo de tiro que tiene en los Montes de Málaga antes de final de enero de 2015, después de que la Consejería de Medio Ambiente haya resuelto optar por recuperar la concesión tras el incendio originado en sus cercanías el pasado mes de agosto y que arrasó 273 hectáreas de monte, cuarenta de ellas del Parque Natural.

La resolución de la Consejería de Medio Ambiente, que fue adelantada ayer por El Mundo, argumenta la falta de mantenimiento y limpieza del cortafuegos de 15 metros de ancho que rodea el campo de tiro, donde se originó el fuego según el informe de Infoca. Así, se advierte de que la Federación no había cumplido con la exigencia de limpiar y eliminar matorral de ese espacio, lo que facilitó la extensión de las llamas.

Al parecer, según las investigaciones de Infoca, el impacto de unos proyectiles en piedras del terreno provocó unas chispas que prendieron en los matorrales secos de la zona, extendiéndose rápidamente por los Montes debido a la sequedad del terreno durante esos meses. De hecho, los agentes de Infoca apuntaron que la falta de limpieza en el cortafuegos es fundamental para explicar la virulencia del fuego.

Esa razón fundamenta la resolución de Medio Ambiente para rescatar la concesión, que era por 10 años y caducaba en 2022, manteniéndose con prórrogas desde 1972. Para ello concede un plazo de tres meses para desalojar las instalaciones, que deberán ser devueltas en buen estado de conservación.

El campo de tiro se encuentra en el paraje conocido como Los Anaya y ya en 2011 había sido requerido por el Seprona de la Guardia Civil para ampliar a 15 metros el cortafuegos perimetral a sus instalaciones y limpiar el terreno, para asegurar la eficacia de esta medida. Sin embargo, esta medida no se cumplió totalmente, ya que se obvió la limpieza exhaustiva del terreno, tal y como pone de relieve el informe del Infoca sobre el origen del fuego.

El incendio ocurrió en la tarde del 10 de octubre y casi desde el primer momento los indicios apuntaban a que el origen del fuego estaba en el entorno del campo de tiro.

Siete personas, de entre 50 y 67 años, fueron imputados como supuestos responsables del incendio, que quemó un terreno poblado de pinar y monte bajo.

Estas instalaciones, además, llegaban rodeadas de cierta polémica por las denuncias presentadas por algunos clubes, que aseguraban que no reciclaba el agua y no trataba los vertidos tóxicos de plomo.