Cómo no terminar un parque

Los colegiales de Mangas Verdes que en 2002 entraron en Primaria afrontan este año la Universidad. En todo este tiempo,12 años, la Junta de Andalucía ha sido incapaz de terminar las obras del pequeño parque o sendero del Cau, en Mangas Verdes.

La sorprendente historia comenzó en 2001 con una visita electoral del entonces presidente autonómico, Manuel Chaves. «Nos preguntó que qué gran obra se podía hacer en el barrio en la que pudiera intervenir la Junta de Andalucía. Le dijimos que en el corazón del barrio se podía hacer un parque y lo trajimos aquí. Al año siguiente empezaron las obras», resume Antonio Martos, presidente de la asociación de vecinos de Mangas Verdes.

El parque, con un presupuesto de 160.000 euros, iba a recuperar de paso un importante tramo del acueducto de San Telmo, conservado en excelentes condiciones gracias a que los vecinos, cuando levantaron sus casas de autoconstrucción, «echaron encima los escombros y lo taparon». Antonio Martos cuenta que las obras llegaron a desenterrar el acueducto pero al paralizarse a comienzos de 2008, volvieron a echarle tierra.

«En realidad, sólo queda poner las barandillas, las luces y desenterrar el acueducto. El trabajo más difícil, lo más costoso, que era levantar los muros, está hecho», señala el presidente vecinal.

A Antonio Martos, sin embargo, lo que más le preocupa es que un parque en obras esté abierto, porque las decenas de varas de hierro que salen del hormigón son un peligro evidente. «Por aquí suben los niños y los abueletes y es un peligro. Si hemos tenido paciencia, es porque llegó la crisis y no hay dinero pero por lo menos lo que pedimos es que cierren la obra».

En este sentido, el presidente vecinal cuenta que hace dos semanas, la asociación de vecinos envió sendas cartas al Distrito de Ciudad Jardín y a la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía en las que reclama el cierre inmediato de la zona en obras para evitar desgracias.

Además, hace la siguiente reflexión: «Si esta obra fuera de una empresa privada, la Junta o el Ayuntamiento ya la habrían multado».

Por otro lado, destaca que si la Junta sigue sin reaccionar, «nos vamos a plantear llevarla a los juzgados porque tienen que cerrar la obra». «Ojalá que no pase pero si ocurre, ¿quién es el culpable?, por lo menos que le pongan taponcitos a los hierros», cuenta.

El parque de nunca acabar, por cierto, lleva años causando problemas a los vecinos, como explica el director del distrito, Eduardo Gallardo, que ayer supervisaba unas obras municipales en el parque vecino, el parque Borreguero. De este último parque cuenta que «otro problema que dejaron las obras es que dejaron un paso de camiones, cegaron el acueducto y dejaron un tuvo muy pequeño. Con las lluvias se tapona y se forma una balsa y en 2012 inundó una vivienda».

Antonio Martos informa de que el alcalde, Francisco de la Torre, conoce el problema y ha propuesto terminar las obras. «No sé si será peor o no, porque ahora tendrán que pedir papeles», argumenta el presidente vecinal, que pide, ante todo, que se cierren los accesos a esta obra de cuyos inicios fueron testigos unos niños de Primaria, hoy en su primer curso en la Universidad.