El saneamiento integral está más cerca. Quizá no se complete en 2015, pero alcanzará a más del 90% de la población. A ello contribuirán las 17 depuradoras que la Diputación construirá el año próximo en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y que tratarán las aguas residuales de los municipios del Valle del Genal, con una población de 17.500 personas.

Las obras de estas infraestructuras comenzarán a partir del segundo trimestre del año próximo, una vez que se libere el dinero necesario para acometer estos trabajos, y que rondarán los 25 millones de euros.

La diputada provincial de Medio Ambiente, Marina Bravo, explicó que esta actuación fue acordada en un convenio firmado en junio de 2013 con el Ministerio. Desde entonces se ha trabajado en la redacción de los proyectos de ejecución de las 17 depuradoras y en iniciar la tramitación de impacto ambiental, dos procesos que se han llevado de forma paralela para acortar los plazos.

«Para finales de año tendremos todos los proyectos terminados y la mayoría de la tramitación ambiental terminada», subrayó Marina Bravo, quien recalcó que en el primer trimestre de 2015 «firmaremos el convenio de ejecución para liberar la financiación, ya que conoceremos el presupuesto ajustado de estas depuradoras».

Mientras que la redacción de los proyectos y los trámites administrativos están coordinados por la Diputación, la licitación de las obras corresponde al Ministerio de Medio Ambiente. En este punto, Marina Bravo insistió en que «este proyecto es una prioridad para ellos y el objetivo es que para 2016 estén todas terminadas».

Los municipios en los que se construirán las plantas serán Algatocín, Alpandeire, Atajate, Benadalid, Benalauría, Benaoján, Benarrabá, Cartajima, Cortes de la Frontera, Faraján, Genalguacil, Igualeja, Jimera de Líbar, Jubrique, Júzcar, Montejaque y Pujerra.

Uno de los aspectos más delicados de esta operación es que la mayoría de los municipios se asientan en terreno protegido o parque natural, lo que exige pasar un proceso de impacto ambiental más exigente que otros proyectos. «Los trámites son más largos que lo que dura la obra», afirmó la diputada provincial de Medio Ambiente, quien aseguró que los trámites previos requieren de algo más de un año, mientras que la mayoría de las depuradoras se construirán en un plazo de seis a ocho meses.

La primera obra que esperan iniciar es la depuradora de Cartajima, que tiene el proyecto terminado y ha cerrado el trámite de impacto ambiental. «En cuanto tengamos la financiación cerrada se podrá empezar la obra», aseveró Marina Bravo. Por contra, el proyecto de depuradora común para Benaoján y Montejaque está más retrasado porque no se ha acordado su ubicación.