La Junta se toma en serio La Noria

En noviembre de 1993, a los tres meses de inaugurarse las 140 viviendas sociales de alquiler de La Noria, en Churriana, el delegado de Vivienda de la Junta preguntó al presidente vecinal, Juan Martínez, «por dónde entra el agua en sus viviendas». El dirigente vecinal no pudo reprimir una carcajada: «Lo que tenía que preguntar es por dónde no entra el agua», le precisó entonces.

Los vecinos de estas viviendas sociales de la Junta llevan 21 años arrastrando lo que consideran numerosos defectos de construcción por parte de la responsable de las obras, la constructora Sando. Uno de ellos, unos tabiques tan finos «que es como si viviéramos en la calle, en una tienda de campaña. Se oye todo lo del vecino, también en los dormitorios», lamenta Juan Martínez, quien sigue todavía al frente de la asociación de La Noria.

Los vecinos también han tenido que convivir todos estos años con unas tuberías de saneamiento a las que no pueden acceder. «Así que si había roturas, toda la porquería se colaba por el subsuelo».

En 1997, sólo cuatro años después de su construcción, la Junta tuvo que realizar la imprimación de las fachadas. «El ladrillo visto absorbe todas las humedades y se iba dentro de las habitaciones», recuerda Juan Martínez, quien en 2013 ya apuntaba en La Opinión que las humedades habían vuelto a aparecer, porque este tipo de obras debía hacerse «cada diez años». Además, en 2005 la Junta reparó las cubiertas.

En los últimos años las obras han seguido pero a cuentagotas: en 2012, la entonces Empresa Pública de Suelo de Andalucía (Epsa) arregló el saneamiento de 14 viviendas, y como recuerda Juan Martínez: «Sacaron cuatro cubas con 12.000 litros de porquería en total». Al año siguiente le tocó el turno a 22 viviendas más. Y en 2014, ninguna. Quedaban 104.

Sin embargo, el pasado 21 de octubre el delegado de Fomento, Manuel García Peláez, y el gerente de Avra (Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, anterior Epsa) Juan Peñas, informaron a Juan Martínez y a Rafael González, vicepresidente vecinal, de que las obras que restan en La Noria se harán a lo largo de 2015 y 2016.

En concreto, se arreglará la tubería de saneamiento, además de la desinfección, desratización y limpieza de las viviendas que restan, es decir, 104. Y para toda la barriada, se repasarán las pinturas y barnices en las fachadas y se insuflará en las cámaras de aire un material para conseguir el aislamiento térmico y acústico, para que así termine la molesta sensación de los vecinos de escuchar todos los ruidos de las casas colindantes.

En tercer lugar, la Junta reparará otro defecto de fábrica: las arquetas de saneamiento eran compartidas con la casa de al lado y por ahí mismo pasaban también los cables de la luz. Las obras separarán las redes de acometida a la red general de las redes de saneamiento y por eso se construirán 70 arquetas nuevas.

Juan Martínez informa de que la cifra que le ha dado la Junta del coste de las obras es de unos 480.000 euros, aunque en el documento firmado que la administración le ha entregado no consta cifra alguna. A su juicio, un dinero «que todos nos podíamos haber ahorrado si en su día se hubieran pedido responsabilidades a Sando», antes que terminara el periodo de garantía, aunque dijo « sentirse satisfecho». Este diario trató ayer de recabar una respuesta de Avra, sin resultado.