­El Ayuntamiento de Málaga ha aprovechado el vuelo mediático del escándalo de Caja Madrid para poner fuera de circulación las últimas tarjetas de representación que obraban en poder de las sociedades municipales. Según consta en un documento oficial remitido al PSOE, a cuenta de una pregunta formulada por la socialista María Gámez, el equipo de gobierno ha ido progresivamente, y desde el tercer trimestre de 2013, retirando la prerrogativa a las empresas, que en este curso únicamente concernía ya a Emasa y al Palacio de Ferias, con un gasto respectivo de 539,38 y 5.651, 97 euros en lo que se refiere a los primeros nueve meses del año.

El texto, al que ha tenido acceso este periódico, muestra, si bien de manera escueta y sin desglosar por capítulos, la relación de sociedades ligadas al Ayuntamiento y su vínculo actual con este modelo de tarjetas. De la nota municipal, se desprende que el Consistorio y Onda Azul funcionaron en 2013 y 2014 sin este tipo de recursos adicionales, mientras que Promálaga, Palacio de Ferias, Emasa, Teatro Cervantes y el Festival de Cine se fueron desprendiendo de su uso a partir del mes de septiembre del pasado ejercicio.

El documento, firmado por el director técnico de la Alcaldía, no aclara, sin embargo, quiénes eran los titulares individuales de las tarjetas o si alguna de las firmas de la relación utilizaba varias con una única suma contable. Tampoco se especifica la naturaleza de los gastos, aunque sí se asevera que todos ellos fueron, por norma, debidamente justificados.

La partida más alta corresponde, en cualquier caso, a Promálaga, que en los primeros nueve meses de 2013, los últimos en los que estuvo en posesión de estas tarjetas, efectuó pagos por valor de 19.902,76 euros, lo que arroja una media de más de 2.200 por mensualidad. Fuentes de la sociedad informaron hoy a este periódico que la firma, a través de una decisión adoptada por su actual gerente, Ignacio López, apostó por suprimir este tipo de gastos en 2012 y que los cargos que aparecen en el informe del Ayuntamiento, si bien sin pormenorizar, se corresponden con la actividad del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), órgano ligado a Promálaga y cuya naturaleza europea obliga con asiduidad a sus directivos a desplazarse a otros países.

El inventario de los gastos protocolarios canalizados a través de este sistema se completa con los 9.275,78 euros del Palacio de Ferias (3.623,81 en 2013 y 5.651,97 en 2014); los 1.404,27 de Emasa (864,69 en 2013); los 77,75 del Teatro Cervantes, que dejó de emplear este tipo de tarjetas en el último trimestre del pasado año, y los 125,84 del Festival de Cine, que también prescindió de su uso en la misma época. En total, un gasto de 30.786, 4 euros en las dos últimas anualidades. El texto destaca el esfuerzo de contención asumido por el Ayuntamiento.

Ya en 2011, el equipo de gobierno desveló la existencia de 15 tarjetas de crédito autorizadas, ninguna de ellas en manos de concejales o de personal directivo perteneciente directamente al Ayuntamiento, sino que estaban distribuidas entre directivos de diversas empresas municipales.

Entonces, más de la mitad de esas tarjetas, ocho, estaban en manos de la gerente y otros directivos del Palacio de Ferias y Congresos y las otras siete se repartían así: una para el director de Promálaga, tres en Emasa para el subdirector y dos directivos; una en Onda Azul, asignada a su directora; otra en el Teatro Cervantes a nombre de su directora y la última al Festival de Cine. Las tarjetas asignadas a los directivos del Palacio de Ferias son las que tenían más alto el tope de gasto, en ese caso de ??.??? euros al mes.