­El Colegio de Gestores Administrativos de Málaga celebró ayer una jornada denominada «Principales modificaciones y Planificación con la reforma fiscal», dirigida a colegiados y a empleados de gestorías administrativas colegiadas. El ponente fue Rubén Gimeno, director del Servicio de Estudios del Registro de Economistas Asesores Fiscales, que analizó las principales novedades que a partir de 2015 traerá la reforma fiscal, ofreciendo algunos consejos a los contribuyentes.

El Gobierno afirma que la reforma fiscal ayudará a la reactivación económica mediante rebajas impositivas ¿Cuánto dinero de más dejará a las familias?

En principio, y salvo algunos casos puntuales de subidas impositivas, la reforma se caracteriza por una rebaja de la tarifa a las rentas del trabajo, que son las más extendidas. No hay que olvidar que en España hay unos 20 millones de contribuyentes y en un 80% de los casos, el IRPF viene de estas rentas del trabajo. Pues bien, para un caso tipo de un contribuyente que presente rentas de hasta 20.000 euros anuales, el ahorro fiscal estimado a partir de 2015 será a partir de 250 euros al año. En el caso de rentas más altas, la cifra puede irse a los 350 euros. Este dinero, en particular el de las rentas más bajas, debe ir en teoría a reactivar el consumo. Las rentas más altas, que no han dejado de consumir pese a la crisis, sí podrán destinarlo más al ahorro. Por otro lado, el Gobierno no ha aplicado nuevas subidas del IVA -aunque Europa le presionaba para ello- por lo que el resultado es que en 2015 y, sobre todo, a partir de 2016, las familias van a tener más dinero disponible.

¿Y a las empresas?, ¿en qué medida les beneficia?

La reforma premia a las empresas que reinvierten sus beneficios. Hay incentivos fiscales para los que, en vez de repartir dividendos, empleen las ganancias en compras de materiales, maquinarias y recursos propios. En realidad es un modo de apostar por que las empresa pueden autofinanciarse con más facilidad en lugar de tener que acudir a la financiación externa de los bancos. Algo bastante normal, viendo como está el crédito, que sigue sin fluir.

Sin embargo, los empresarios se quejan de que el Ejecutivo nunca atiende su demanda de que se rebajen las cotizaciones sociales para que sea más barato contratar ¿Cómo lo ve usted?

El problema es que las cotizaciones a la Seguridad Social siempre han sido vistas más como un tributo en materia laboral que como un impuesto fiscal. Pero es verdad, ningún gobierno ha apostado por rebajar esas cotizaciones. Es una política continuada en España. Sus razones tendrán.

¿Qué consejos da al contribuyente ante la reforma?

De aquí a final de año es momento de hacer números y de adelantar ciertas decisiones para reducir la factura fiscal. En el caso de la gente que es socio de una empresa, es preferible repartir dividendos (hasta un importe de 1.500 euros), reducir capital o devolver primas de emisión antes de final de año, porque a partir del 1 de enero de 2015 se tributará por ello al 21%-22%. Luego tenemos el caso de los bienes adquiridos con anterioridad a 1994, que afecta sobre todo al tema de las viviendas y las plusvalías que se generen. Es posible que a quien quiera vender un piso de esas características le salga mucho más rentable hacerlo también antes de final de año porque el Gobierno va a eliminar los denominados coeficientes de abatimiento a final de año.

Sin embargo, ha habido una modificación del Ministerio de Hacienda.

Efectivamente. El Gobierno ha introducido una enmienda al proyecto por la que este coeficiente no se eliminará hasta precios de ventas de 400.000 euros, pero hay que tener en cuenta que no se refiere a una sola vivienda, sino al conjunto de bienes adquiridos antes de 1994 y que sean vendidos a partir de 2015. Por lo tanto, una persona que vendiera dos casas, acciones o fondos de inversión podría superar esta cifra. Por eso hay que estar atento y hacer números. En algunos casos será mejor vender antes de final de año para no tener que pagar por el fuerte incremento de las plusvalías. En el caso de las acciones o fondos de inversión se pueden vender y volver a comprar, para actualizar su valor sin tener que abonar por esta ganancia.

¿Puede haber un efecto llamadas de rebaja de precios?

Sí, podría ocurrir, porque hay muchas personas interesadas en vender su casa que pueden rebajar el precio para tratar de darles salida antes del 31 de diciembre. El tema ha despertado gran interés. Sólo hay que ver que el PP ha tenido que introducir una enmienda en vista de la incertidumbre que se había generado.

¿Qué más cambios hay en materia de vivienda?

Desaparecen los coeficientes de corrección monetaria, que son los que corregían el factor de la inflación. Aquí por regla general decimos que sólo en el caso de las viviendas adquiridas a partir de 2012 podría ser más rentable vender en 2015. Para el resto, mejor hacerlo también antes de final de año. Pero se trata de echar números en cada caso. Y otro consejo es para las personas que vayan a alquilar un piso: si ganan menos de 24.000 euros al año mejor que cierren el contrato en lo que queda de año o perderán la deducción fiscal del 10,05%. Si el alquiler de la vivienda habitual es de 600 euros, podrá deducir hasta 60 euros si firman antes de 2015.

La reforma fiscal llega cuando se especula con la recuperación ¿Estamos en ese punto?

Hay cambios que apuntan a que lo peor de la crisis ha pasado y que ahora toca repuntar. Hemos tocado suelo y se trata de remontar con políticas sensatas, sin caer en errores del pasado como apostar sólo por un sector, como pasó con el inmobiliario. Lo malo es que España ha hecho los deberes pero no así países como Alemania y Francia. Eso puede hacer que lo pasemos mal porque son nuestros principales destinos exportadores.