­Eran más o menos las 12.45 horas del mediodía y el cielo se desplomó sobre Málaga en una tormenta de lluvia y granizo jamás vista. Pero sólo iba a ser la primera de otras muchas que en ese mes y principios de diciembre provocarían que se recogieran en las estaciones meteorológicas de la provincia cantidades asombrosas. Fausto Polvorinos, jefe del Grupo de Prevención y Vigilancia de la Aemet en Andalucía Oriental, explica que en Málaga se dieron todas las condiciones para que cayera este diluvio, que casi no cesó hasta la Inmaculada.

«En casi todas las ocasiones que tenemos tormentas en nuestra zona se observa en altura una depresión aislada de la circulación general, un embolsamiento de aire frío, o una vaguada. Para que se produzcan además, en superficie, tiene que haber una baja en el golfo de Cádiz que provoca temporal de levante en el mar de Alborán», explica Polvorinos. Y es lo que se vino gestando en la atmósfera desde varios días antes y terminó con el temporal de viento en la noche anterior y las severas tormentas y, con ellas, las inundaciones.

Las nubes de levante comenzaron a apelotonarse en el Valle del Guadalhorce cesando el viento, que provocó que esa misma noche ya fuera infernal. El temporal provocó muchos problemas, en cuanto al estado de la mar y al mobiliario de la ciudad.

Durante todo el mes la circulación atmosférica fue muy favorable. «Nuestra zona está muy expuesta a que el camino de las borrascas bajen de latitud», añade. Sin embargo, no llovió en toda Málaga por igual. En El Palo, por ejemplo, los vecinos no daban crédito de lo que estaba pasando en el Centro. Allí apenas lo notaron. Las lluvias se concentraron en la zona oeste y en la norte. «Málaga es una ciudad muy extendida y estas situaciones que focalizan las precipitaciones intensas en una zona puede no caer en otra ni una gota», recuerda Polvorinos.

Es relativamente frecuente que noviembre sea lluvioso en Málaga. «No ocurre todos los años pero no es raro». Noviembre y diciembre son los meses más lluviosos de Málaga, 93 y 91 litros respectivamente en un día. Ese mes de noviembre de 1989 es, de hecho, el mes más lluvioso de la historia de Málaga, desde que se tienen datos. «Se recogieron 497 litros por metro cuadrado de precipitación. No ha habido ningún mes que haya llovido tanto», agrega.

En estos días se registró casi tanta lluvia como en la media anual, que son 548 litros. Sin embargo, 1989 no es el año más lluvioso de la historia de Málaga, sino el quinto, asegura este responsable de la Aemet.