De todos es sabido que los videojuegos dejaron hace mucho de ser un juego de niños. Guiones de película, bandas sonoras creadas por titanes de la música, actores que ponen voz y gestos a sus alter ego digitales a través de complejas técnicas de captación de movimiento. El entretenimiento digital mueve más dinero que la industria del cine y la de la música, y los presupuestos de los grandes juegos hacen sombra a la más espectacular y costosa de las superproducciones de Hollywood.

Pero no es un mundo solo de grandes compañías y proyectos multimillonarios. El mercado está plagado de modestos estudios de un éxito arrollador que van de la dulzura de unos caramelos digitales que no cesan de llenar las pantallas de millones de móviles a la sencillez de unos personajes muy originales de la Edad Media.

En Málaga esta industria también se abre paso y son varios los estudios de videojuegos ubicados en la capital que se suman a un mercado tan incipiente y a la vez tan complicado. Uno de los nombres propios en cuanto a la creación de videojuegos en Málaga es Rodaja. Un pequeño estudio independiente capitaneado por Alejandro, David, Jesús y Alberto. Estos cuatro amigos decidieron hace unos años que su afición y pasión por los videojuegos debería de convertirse en su trabajo.

«Por nuestros estudios ya teníamos una base que nos servía como punto de partida. Pero fue a raíz de que dos de nosotros hicimos un curso de titulaciones propias de la UMA de animación y modelado en Blender. Como proyecto final decidimos hacer un videojuego y vimos que realmente éramos capaces de hacer juegos. Así que decidimos intentar dedicarnos a ello profesionalmente», señala Alejandro el diseñador de Rodaja. Su organigrama de trabajo esta bien establecido David es programador, Jesús hace los modelos y Alberto se encarga de los dibujos y la animación. Aunque todos son productor, relaciones públicas, contable, chico de los recados€

«Vivimos los cuatro juntos y trabajamos desde casa. No tenemos realmente un horario y ninguno es el jefe, aunque todos nos damos órdenes a todos. Tiene sus ventajas, pero también solemos vernos trabajando un viernes a las tres de la mañana si estamos entusiasmados con un proyecto», cuentan los creadores de Rodaja. Los juegos de este estudio se caracterizan por ser juegos muy divertidos, visuales y sin demasiada complicidad. «Hacemos juegos pequeños, que sabemos que podemos terminar, divertidos y visualmente atractivos. Nos gusta hacer juegos multijugador local con los que pasar un buen rato junto a tus amigos», afirma Alejandro.

Te y De, Bajo la Superficie y Justas Injustas son algunos de los juegos que han creado estos cuatro gaditanos afincados en Málaga. Justas Injustas es el último gran proyecto de Rodaja y el cual le hizo ganar la segunda edición del Festival de Videojuegos Gamepolis celebrado en la capital en julio. Un juego de tónica medieval que, por su calidad, originalidad y viabilidad resulto ser el proyecto ganador. «Llevarnos este galardón supuso para nosotros la oportunidad de trabajar en el PTA y, sobre todo, darnos a conocer. Poder estar en Gamepolis el año que viene es una gran oportunidad para aumentar nuestro público. Y desde la Junta nos ofrecen un gran apoyo para crear la empresa», concluye Alejandro.

El mundo de los videojuegos esta controlado por esas grandes marcas que venden millones de juegos a diario en todo el mundo, pero la industria se ha vuelto un poco más amable para los pequeños emprendedores y gracias a los juegos online y a las apps de los móviles pequeños estudios consiguen convivir con los titanes de Carl of Duty o Fifa 2014. Model Sheep es un estudio malagueño que, entre muchos otros trabajos, crea juegos para dispositivos móviles. Belén, Gines, Sergio y Javier unifican su pasión y sin un gran presupuesto consiguen sacar sus juegos adelante.

Según su programadora Elena es la distribución lo más complicado para una empresa que se dedica a crear videojuegos. «Una vez creado toca la parte más difícil en el proceso de desarrollo de un videojuego, su distribución. Lo más complicado es que la gente vea tu juego, que lo conozca. En nuestra caso que publicamos los juegos para los dispositivos móviles, tanto las stores de Apple como de Android están tan saturadas que es casi imposible tener visibilidad sin un publisher detrás», cuenta Elena.

Sus juegos son de trayectoria corta, trabajan desde casa y sus creaciones poseen un acento bastante pronunciado a hadcore. «Son juegos de un tiempo de desarrollo corto por lo que no son muy largos, pero siempre intentamos que sean muy divertidos, al final la diversión es el elemento más importante en un videojuego. Van dirigidos a todo tipo de público, aunque siempre tendemos a hacer los juegos un poco hardcore dada nuestra inclinación de jugador de toda la vida, intentamos siempre nivelar la dificultad para que lo pueda jugar todo el mundo», asevera Elena.

Para esta malagueña dedicarse a esta aventura del videojuego en la ciudad es un reto difícil pero con una previsiones de futuro bastante alentadoras.

«En Málaga está la situación complicada ya que la posibilidad de conseguir financiación para una empresa que se dedique exclusivamente a desarrollar videojuegos es una utopía. La principal traba siempre suele ser el presupuesto, pero parece que la cosa está cambiando ya que dentro de poco existirá en nuestra ciudad un Clúster de empresas dedicado al mundo del videojuego, así que las oportunidades van a crecer. Tenemos pensando seguir trabajando aquí, tenemos esperanza de poder desarrollar nuestra labor en nuestra bonita Ciudad».

Frente a estos dos estudios profesionales encontramos Locomalito, una iniciativa que pone en marcha Juan con un reto meramente lúdico. Este malagueño crea videojuegos a modo hobby pero con la intención de convertirlo en su profesión, algo que puede llegar pronto ya que jugones de medio mundo conocen sus juegos. «Mis juegos han ido dándose a conocer de boca a oreja, desde mis círculos cercanos hasta otros países, a través de la escena Indie (emergente cuando empecé a publicar), la escena Retro y el Freeware. Supongo que lo interesante es simplemente dirigirte a un público interesado en ese tipo de juegos, que sepa valorarlo y darte un feedback que te sirva para mejorar lo que hace», afirma Juan.

Los videojuegos made in Málaga ponen en valor el talento de los creadores locales, jóvenes promesas que demuestran cómo se pueden crear exitosos estudios digitales desde su ciudad.