Tres calles de Málaga ya cuentan con un asfalto especial, diferente. Tiene el color negro habitual y el olor intenso del alquitrán y el betún. Pero su elaboración es fruto de un proyecto de I+D comandado por Juan Gallego, de la Universidad Politécnica de Madrid para la empresa Cemosa. Está elaborado con polvo de neumático de desecho. Trituran cuatro por cada tonelada. Esa mezcla es la diferencia que convierte este asfalto en algo más que un simple material de construcción para arreglar las calles.

La aplicación de este nuevo asfalto es toda una novedad en una ciudad. Hasta ahora sólo se había utilizado en tramos de carreteras, pero no en calles urbanas, donde el asfalto sufre más por los frenazos y acelerones propios de una conducción en ciudad. Manuel Salas, director del Departamento de Control de Calidad de Cemosa, explicó que se ha desarrollado un material especial de forma experimental para usar en Málaga, primera ciudad donde se aplica este tipo de asfalto. «Queremos ver cómo se comporta en ciudad y por eso la nueva mezcla está pensada para ese tipo de conducción», señaló Salas.

El Plan de Asfaltado que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Málaga es la oportunidad elegida para aplicar este nuevo material, que ya se ha aplicado en las primeras calles, en concreto en Leoncio Talavera, Leopoldo Morante y Juan Sánchez; mientras que hoy por la noche se aplicará a la avenida Europa y se extenderá a otras vías en los próximos días.

Manuel Salas, que explicó el proyecto en el séptimo foro de la Plataforma Tecnológica Española de la Construcción (PTEC) que se celebró ayer en Málaga, reiteró que es la primera vez que se usa en una ciudad y en dos o tres años se comprobará «si aguanta más y va mejor, algo de lo que estamos seguro».

El asfalto se realiza con una mayor cantidad de betún, lo que encarece inicialmente el producto, aunque la capa necesaria para asfaltar una calle es más fina y eso compensa el coste final. «A la larga es más barato porque dura más», apuntilla Manuel Salas.

Este material se mezcla con neumático reciclado, que se recupera de los vertederos y se tritura hasta convertirlo en polvo, a razón de cuatro neumáticos por cada tonelada de asfalto. Salas subrayó que en Málaga se utilizarán unas 1.500 toneladas, lo que significará que se reutilicen unos 6.000 neumáticos, que así dejan de ser un residuo peligroso. «En una carretera normalita se usan 60.000 toneladas, así que la posibilidad de reciclaje es muy importante», reconoció.

La principal característica de este asfalto es la durabilidad. Si un asfalto normal necesita un repaso a los cinco años para cerrar grietas y tapar baches, este nuevo material tiene una duración de 10 años, lo que también permitirá ahorrar los gastos de mantenimiento de la ciudad.

El director de Control de Calidad de Cemosa subrayó que reduce de forma notable el ruido que produce el tráfico y evita las grietas. Además, insiste en el beneficio ambiental de retirar neumáticos de los vertederos.

«Por ahora es un uso experimental en la ciudad, pero si gusta el resultado se puede extender este asfalto a otras calles», afirmó Manuel Salas.