­El Ayuntamiento y la Diputación de Málaga estudiarán en las próximas semanas la posibilidad de redefinir el proyecto de la pasarela peatonal hacia Torremolinos y emplazar su futura construcción fuera del ámbito de máxima protección del paraje natural del Guadalhorce.

Según pudo saber ayer este periódico, ambas instituciones, que se plantean el puente como una solución de comunicación para el litoral, recibieron la sugerencia a través de la ronda de contactos con la Junta, que ha servido, entre otros puntos, para que los técnicos de las tres administraciones evalúen la posibilidad de desplazar la ubicación prevista inicialmente.

La opción del cambio de escenario para la plataforma es calibrada como una alternativa que, a la luz de los especialistas, permitiría superar con mayor facilidad los controles administrativos. Y, además, con la garantía de conjurar el riesgo de afección en el entorno.

La propuesta del Consistorio y de la Diputación partía en primera instancia, y dados los límites naturales y geográficos, de la necesidad de salvar el río mediante la elevación de un camino de madera que discurriera a la misma altura del ya existente en Guadalmar, circunstancia que obliga de manera casi insoslayable a atravesar parte del área de la desembocadura del Guadalhorce. El equipo técnico, no obstante, examina ahora diversas fórmulas para minimizar el impacto, entre las que destaca la de dar marcha atrás y situar la plataforma más cerca de la autovía y fuera de la zona más sensible del paisaje. Con este repliegue, la plataforma continuaría dentro del perímetro del parque, pero no de la parte que concita el grueso de la figura de protección medioambiental.

Permiso para el estudio. De momento, el Ayuntamiento ha remitido un escrito a la Junta de Andalucía para que autorice la realización de un estudio geotécnico en el espacio del paraje originalmente asignado para el proyecto. Como ya señaló el alcalde, Francisco de la Torre, el diseño prescinde de materiales artificiales y se concibe como una apuesta no agresiva y centrada en la integración en el entorno. En este sentido, el Ayuntamiento resalta la búsqueda de la apariencia natural, que se sustenta en el uso de la madera de pino silvestre, y la incorporación en la estructura de un arco central que impediría cualquier tipo de contacto con el cauce del río.

El puente peatonal forma parte de la senda del litoral, un ambicioso itinerario habilitado para comunicar a pie más de 180 kilómetros de costa de la provincia, desde Nerja hasta Manilva. El presupuesto para este tramo, a repartir a partes iguales entre el Ayuntamiento y la Diputación, es de 1,5 millones de euros. La Junta, que es la autoridad encargada de fiscalizar la construcción, ya ha anunciado su intención de colaborar al máximo con el proyecto. Con las tres administraciones declaradas oficialmente de acuerdo, las dudas se centran en la especial protección que gravita sobre el terreno, que hace que cualquier tipo de movimiento, por muy inofensivo que resulte, sea examinado con lupa por parte de las instancias administrativas competentes.

La intención del Consistorio y de la Diputación es que el inicio de las obras, previsto para principios de 2015, no se demore. De acuerdo con ambas instituciones, los trabajos tendrían una duración aproximada de 2,5 meses, por lo que si no se desvirtúan los planes iniciales la pasarela podría estar construida en el segundo trimestre del próximo año.

La construcción del puente peatonal responde a una demanda recurrente por parte de los vecinos del entorno, que en más de una ocasión han mostrado su preocupación por la inseguridad que representa la autovía, la única vía de acceso existente hasta el momento para los viandantes que quieren cruzar el lecho del Guadalhorce. La pasarela tendría una altura de 10,7 metros y se alinearía junto a la de Guadalmar, que enlaza a su vez con el delta del río.