El parque canino de Olletas, inaugurado en la primavera de 2013 con un gasto de unos 100.000 euros, tiene los días contados. El Ayuntamiento ha decidido desmantelar este espacio de 2.800 metros cuadrados a lo largo de 2015, por las quejas de ruidos constantes, a causa del ladrido de los perros, pero también por las peticiones de mejora de las instalaciones de los dueños de mascotas, como informó La Opinión en septiembre.

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, confirmó ayer este traslado, «para hacer un parque canino nuevo, porque entre que los vecinos se quejaban y los dueños tenían peticiones de mejora pequeñas pero muchas, vamos a quedar la semana que viene con los dueños de perros para ver posibles ubicaciones». Dueños de perros señalaron a este diario que la visita tendrá lugar el próximo día 11.

A este respecto, el concejal señaló que los dos emplazamientos que baraja el Ayuntamiento son el parque de San Miguel y el parque del Agua, junto a la sede de Emasa, a escasa distancia del actual parque canino, en la calle Obispo Salvador de los Reyes.

Se trata de dos sitios que Daniel Pérez, portavoz de los vecinos afectados por el parque canino de Olletas, propuso en este diario en septiembre. Los dueños de perros, por su parte, han difundido una petición en la página web change.org, dirigida al alcalde, Francisco de la Torre, en la que piden mejoras del parque canino actual.

Para el concejal de Medio Ambiente, el parque de San Miguel es la alternativa que más gusta «porque en el parque de San Miguel hay mucha gente que va con perro».

Con respecto a las instalaciones actuales, explicó que «se va a intentar reutilizar gran parte». El espacio que quede libre cuando se traslade el parque canino destacó que se convertirá en zona verde, aunque los vecinos también han pedido que se instalen aparatos de gimnasia para mayores. «Todavía no lo tenemos decidido, lo que descartamos es un parque infantil porque vamos a renovar el de San Miguel para hacer un gran parque infantil dentro».

Raúl Jiménez informó de que el el compromiso del Ayuntamiento con los vecinos es cambiar de sitio el parque «antes del 31 de diciembre de 2015».

La inauguración del parque canino de Olletas en 2013 ha provocado las quejas más dispares. Por un lado, los vecinos próximos, que señalaban no tener «nada contra los perros ni sus dueños», responsabilizaban al Ayuntamiento por haber escogido el sitio.

Los ladridos de los perros provocaban que hubiera niños en las inmediaciones estudiando en los pasillos y recién nacidos cambiados de habitación para poder dormir. Además, otra queja eran los malos olores por la acumulación de bolsas con cacas en las papeleras.

Los dueños de perros, por su parte, pedían más bancos, más fuentes para perros así como más riego, árboles y papeleras. También reclamaban farolas para no tener que usar la linterna de los teléfonos móviles al ponerse el sol.