Semana Santa

Las imágenes más queridas del barrio de La Palma

Los hermanos José y Francisco Baena conservan las tallas que José encargó al escultor Pedro Pérez Hidalgo de Jesús del Monte Coronado y Nuestra Señora de La Palma

José Baena (izquierda) y su hermano Francisco, esta semana, con las dos tallas de Pérez Hidalgo que conservan en su piso de La Palma.

José Baena (izquierda) y su hermano Francisco, esta semana, con las dos tallas de Pérez Hidalgo que conservan en su piso de La Palma. / Arciniega

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En el piso de los hermanos Baena abundan las imágenes religiosas y también los recuerdos, que llenan casi a rebosar todas las habitaciones. «Éramos muchos hermanos, siete, y cada vez que íbamos de viaje alguno, le traíamos un detalle a mi madre, por eso hemos juntado tantas cosas», explica Francisco Baena.

Francisco se encuentra junto a su hermano José en el salón de este piso de La Palma, que está presidido por dos tallas a tamaño natural de Nuestro Padre Jesús del Monte Coronado -de cuerpo entero- y Nuestra Señora de La Palma, del imaginero malagueño Pedro Pérez Hidalgo (1912-2005).

La imagen de la Virgen, por cierto, acaba de ser policromada en Vélez, después de tres meses y medio de espera que ha tenido a estos hermanos octogenarios en vilo, pues llegaron a pensar que no la volverían a ver. «El tener la imagen me da mucha fuerza, cuando se la llevaron a reformarla me costó ocho kilos que perdí», confiesa Francisco.

Estos sobrinos nietos de Antonio Baena Gómez, el fundador de la Agrupación de Cofradías, además de parientes por línea materna de Victoria Kent conservan como oro en paño unas imágenes que en los años 80 llegaron a procesionar por su barrio, La Palma, pero también por La Palmilla.

La idea de encargar las tallas partió de José, que ha trabajado de cocinero en Andorra y en la Costa. Aunque como cuenta, todo comenzó por su afición a los cines de verano: «Iba mucho a los cines de verano, que terminaban muy tarde. Para no darle un disgusto a mi abuela le prometí a la Virgen de los Dolores del Puente no ir más y le dije a la Virgen que quisiera propagarle como Dolorosa en La Palma», resume. Hizo la misma promesa ante la Virgen de Servitas. «Le pedí que me diera los medios porque no tenía y entonces, por un amigo fui a ver al escultor Pérez Hidalgo, que nada más verme me dijo: usted viene a que le haga una Dolorosa».

El artista le permitió que pagara poco a poco y la imagen, de una hermosa factura, quedó lista, calcula José, hacia 1980. Pasados unos meses, el sobrino nieto de Antonio Baena Gómez pensó: «¿Y qué hace la Virgen sin su hijo?», así que volvió a ver al escultor para encargarle una talla del Cristo.

En la casa de los Baena se rezaba el rosario en grupo y José recuerda cómo vecinos que desconocían que en el piso se encontraban estas dos imágenes «se impresionaban al verlas». Al poco tiempo, unos vecinos le propusieron procesionar el Cristo y la Virgen. «Yo no tenía la intención de procesionarlas pero se las cedí», recuerda, al tiempo que no se le va de la cabeza el momento de la bendición de la Virgen, que se encontraba en un primer piso. «Acudió una cantidad de personas enorme».

Nuestro Padre Jesús del Monte Coronado y Nuestra Señora de La Palma salieron en procesión, calcula José, «unos cuatro años, en Viernes Santo», hasta que unos desalmados entraron en el local donde se guardaban los enseres y robaron los varales de aluminio de las dos andas procesionales.

Aunque han pasado muchos años, José Baena quisiera que volvieran a procesionar sus dos queridas imágenes por las calles de La Palma. «Harían falta dos tronitos de traslado», cuenta y comenta que algunos cofrades quieren retomar la tradición. Los hermanos Baena no pierden la esperanza.

Las imágenes más queridas del barrio de La Palma

Las imágenes más queridas del barrio de La Palma

Tracking Pixel Contents