El boom del uso de los bancos de cordón umbilical en España se vivió en 2005 con el nacimiento de la hoy princesa de Asturias Leonor. Sus padres decidieron guardar la sangre de su cordón umbilical como seguro de vida ante la posibilidad de desarrollar enfermedades relacionadas con el sistema sanguíneo, como leucemia, y alguna metabólica rara. Hoy, más de 150.000 niños españoles tienen conservadas sus células madre gracias a la decisión de sus padres.

Y es que en los últimos años la ciencia ha demostrado que el tejido de cordón umbilical es una fuente rica de un tipo de células madre denominadas mesenquimales. Estas han mostrado su potencial en el campo de la medicina regenerativa al tener una gran capacidad inmunomoduladora y para regenerarse. En Málaga, la opción de preservar células de cordón umbilical es una realidad. Prácticamente todos los hospitales privados de la provincia, como Quirón Málaga y Marbella, Parque San Antonio, el Sanatorio Doctor Gálvez y, desde esta semana la Clínica El Ángel, ofrecen la posibilidad a las mujeres que den a luz en sus centros de guardar la sangre del cordón de sus hijos en el banco de Bio-Cord, la primera empresa sanitaria homologada del país para esta práctica. También tienen acuerdos con las principales aseguradoras de salud, que hacen rebajas a sus clientes.

El precio ronda los 1.600 euros por veinte años de conservación. Cuando una pareja toma la decisión de preservar las células de su hijo, firma un contrato con la empresa, que llegada la fecha de parto envía un kit con material para la extracción y conservación, para que los médicos y matronas que atiendan el nacimiento guarden la sangre. Después, esta se envía al banco de Reino Unido, donde la empresa guarda las células.

El director general de Bio-Cord, Carlos Moreno, explica que en este lugar se procesa la sangre para su conservación. «Se separa la fracción blanca por centrifugación, donde están las células madre. Se añade un criopreservante y se va bajando la temperatura hasta menos 180 grados donde queda congelado en tanques de nitrógeno líquido», señala el director, que admite que está probado que pueden estar congeladas y vivas durante 25 años.

Este banco, que guarda 20.000 cordones de todo el mundo, ha liberado en doce años de funcionamiento diez, uno de ellos para Madrid. Admite que aunque son pocas unidades, estas pueden haber salvado las vidas de quiénes las utilizaron. «Esas células están ahí, están probando que se pueden guardar más tiempo y que sirvan para más tratamientos y enfermedades», afirma Moreno.

Cada unidad vale para un solo tratamiento, por lo que, en caso de necesitar más, los médicos recurren a bancos públicos. Y es que esa opción siempre está ahí. «La combinación de cordones es efectiva, se está tratando de mejorar», señala el responsable de Bio-Cord. Los bancos públicos -el de Andalucía está en Málaga- siempre ofrecen la posibilidad de donarlo de manera universal. Si en un momento dado se necesita, se recurre a uno compatible se haya donado o no previamente, aunque no se trata de la sangre individual del paciente ni de sus células madre.

Esta opción es gratuita y los médicos recurren constantemente a ella. De hecho, los países se ceden cordones entre sí, en función de las compatibilidades entre las células madre y la personas que padecen la enfermedad. Carlos Moreno, que recomienda guardarlo o donarlo y «nunca tirarlo», reconoce que lo mejor son los cordones propios o los de un hermano, con una celularidad más compatible y cercana.