­En el imaginario popular pervive la idea feliz de que una herencia siempre es una buena noticia, aunque, según el Colegio de Notarios de Andalucía, eso depende de dónde se tribute. Así, la comunidad autónoma es una de las regiones españoles con más presión fiscal en relación al Impuesto de Sucesiones, lo que hace que una herencia en Málaga sea un regalo envenenado, de ahí que cuando acabe el ejercicio 2014 habrán renunciado a heredar 1.060 malagueños, en base a la proyección efectuada por el notario y miembro de la Junta directiva de la institución colegial Ramón Blesa.

En lo que va de año, ya han renunciado 803 malagueños a aceptar una herencia, indica Blesa, quien destaca que en 2014 se han aceptado 6.018 frente a las 8.013 del pasado ejercicio. El incremento de renuncias ha crecido exponencialmente en los años más duros de la crisis: en Málaga hubo 358 renuncias en 2009, 384 en 2010, 498 en 2011, 617 en 2012, 965 en 2013 y habrá 1.060 en 2014. «Eso supone un incremento del 170% en el número de renuncias en Málaga desde que comenzase la crisis», indica el notario Ramón Blesa, quien indica que las tendencias en Andalucía y España siguen la misma senda alcista.

Así, en 2007, a nivel andaluz se produjeron 1.417 renuncias a heredar, frente a las 5.530 con las que se cerrará este año, mientras que en España el número ha subido de las 11.047 de hace siete años a las 31.676 con las que va a acabar el presente ejercicio. En el caso del país, el incremento es del 160%, indica Blesa.

«No está claro que hayamos tocado fondo, el número de renuncias debe ir disminuyendo a medida que crezcan la economía y el empleo en Málaga», precisa Blesa, quien indica que las deudas del causante o de los herederos también inducen a muchas renuncias. «Si el heredero acepta y tiene deudas, los acreedores pueden embargar su cuota hereditaria», precisa, aunque hay atajos judiciales para que una persona acepte una herencia.

«La presión fiscal es muy importante en Andalucía y eso multiplica las renuncias», dice.

En concreto, algunos expertos han definido el Impuesto andaluz de Sucesiones como una tasa confiscatoria, más que como una figura impositiva más. «Estas personas creen que se obliga a los herederos a pagar por algo que ya pagaron sus padres y hay mucho descontento», precisa.

En concreto, en Andalucía sólo están exentos de pagar impuestos los primeros 175.000 euros, «algo suficiente para familias humildes, pero insuficiente para la gran clase media», recalca.

Diferencias

De esta forma, el notario Ramón Blesa señala que si una persona hereda bienes por valor de 500.000 euros en Andalucía deberá pagar más de 100.000 euros, mientras que en el País Vasco la tributación sería inexistente y en Madrid únicamente «de 400 o 500 euros».

Se trata de un impuesto progresivo, de forma que en la comunidad andaluza también se paga en función de la capacidad económica del heredero. Si el patrimonio del heredero es superior a los 402.000 euros, lo que hereda se multiplica por un coeficiente, de tal forma que en el caso de los hijos éste es de 1,05, mientras que si los hermanos son los herederos la multiplicación es por 1,588. La transacción es más gravosa si se trata de primos hermanos, la multiplicación es por dos.

«Si se hereda una cantidad importante, por ejemplo un millón de euros, si es el hermano o el primo hermano no se lleva ni la mitad de lo heredado», precisa Ramón Blesa.