Los aguacates y los mangos se han convertido en el producto agrícola más codiciado por los ladrones en estas fechas por su alta rentabilidad económica, según denunciaron ayer los responsables del colectivo agrario Asaja, que se reunieron con mandos de la Policía Local de Málaga para reclamar más vigilancia tras el último repunte de hurtos en zonas como Churriana y Campanillas. El técnico de Asaja Málaga Luis Méndez, que asistió el encuentro con los mandos policiales, constató que los ladrones se dirigen en estas fechas de forma prioritaria hacia las producciones que saben que les reportarán más beneficios.

Las naranjas, por ejemplo, tienen este año un precio más bajo por lo que los cacos, «que conocen perfectamente las cotizaciones de los productos», se están centrando principalmente en el robo de aguacates, mangos y alcachofas de las zonas de Campanillas y Churriana. No se trata nunca de grandes robos de miles de kilos pero sí de un goteo constante de «bolsitas diarias» que «están haciendo estragos, sobre todo en los productos que se venden más caros». Y es que los aguacates o mangos pueden distribuirse en los puestos de venta ilegales a precios de entre dos y tres euros el kilo.

«Es lo que más les interesa robar. También se llevan por ejemplo cítricos (naranjas o limones), pero en ese caso los precios son muy bajos y apenas pueden sacarles 10 céntimos por kilo. Ahora mismo los subtropicales son la estrella de los hurtos. Un ladrón que se lleva 40 kilos de aguacates de una explotación sabe que puede sacar un buen dinero», apuntó Méndez. El representante de Asaja aseguró que los robos en el campo se han generalizado de tal manera que los agricultores los incluyen ya de entrada en su previsión de pérdidas.

Por su parte, el secretario general de Asaja, Benjamín Faulí, comunicó a los mandos policiales que en los últimos días también se ha experimentado un repunte de robos de material eléctrico (transformadores o bombas de riegos), maquinaria y aperos de labranza, además de destrozos en cancelas.

«En estos casos, lo peor es el daño económico indirecto que se genera. Los ladrones buscan mucho el cobre y a veces, por robar una chatarra de la que sacan 40 euros, se cargan una bomba o un transformador. Después, al agricultor le sale por 3.000 euros reponer esa pieza», explicó.

Los agricultores también denunciaron a la Policía Local la presencia de «pequeños supermercados» ambulantes en rotondas y carreteras y de puestos ilegales en los mercadillos, reclamando a la Policía Local que, ante la duda sobre el origen de la mercancía, exijan a esos vendedores la trazabilidad y la procedencia de los productos. Méndez destacó que hay alimentos que requieren de productos fitosanitarios y que necesitan de periodos de seguridad durante los cuales no son aptos para el consumo. «Hablamos ya de un tema de salud. Si son productos robados que se ponen a la venta antes de tiempo pueden tener aún restos de plaguicidas», advirtió.

Según los datos de Asaja, la Policía Local de Málaga ha decomisado durante los últimos tres años 35.872 kilos de frutas y verduras de dudosa procedencia, llevando a cabo un total de 893 intervenciones motivadas por la venta, posesión o robo de la misma. También se ha detenido en este tiempo a seis personas que fueron sorprendidas robando fruta o verdura. A la reunión de ayer con Asaja acudieron José Fernando Cerezo, superintendente jefe de la Policía Local; Carlos Ceballos, intendente de Campanillas; y José Manuel Hierro, inspector de Churriana.