­Con la nueva ley educativa Andalucía ha tenido que implantar este año, a pesar de la férrea oposición planteada por la Junta, una enseñanza que también es nueva, orientada además para los alumnos con mayores dificultades. Un reducto para estudiantes repetidores en otras comunidades autónomas que la Junta, sin embargo, se niega a asumir. Es más, la Consejería de Educación se niega a que la FP Básica, en la que este primer año se han matriculado más de 1.550 alumnos en la provincia de Málaga, sea una tumba escolar para ellos.

No será el último tren educativo al que puedan subirse los escolares menos brillantes de Andalucía. Estos alumnos, sin aparente futuro académico por no ser capaces de estudiar al mismo nivel que el resto de sus compañeros, tienen salida en Andalucía. Como explica la propia Delegación Territorial de Educación, la Junta concibe la FP Básica como «una medida de atención a la diversidad educativa y, por lo tanto, se favorece que los alumnos que cursen estas enseñanzas alcancen una titulación». Es decir, que la intención de la Junta es rescatar a estos estudiantes para que cuando acaben estos ciclos formativos puedan, al menos, sacarse el título de la ESO.

Y puedan hacerlo, además, en igualdad de condiciones. Y por qué no, reengancharse en el futuro y seguir estudiando.

Así, Educación ha establecido una ratio máxima de alumnos por aula de 20, y no de 30 como establece la Ley Wert, y se ha complementado su aprendizaje con 100 horas más de formación troncal. Según el consejero, Luciano Alonso, «Andalucía tenía la obligación legal de aplicar la LOMCE, pero también la obligación moral de buscar soluciones que neutralizarán sus errores».

Por su parte, Patricia Alba, la delegada de Educación en Málaga, destaca que «la Consejería ha realizado un gran esfuerzo para garantizar la calidad de la enseñanza». «La FP Básica se dota de un carácter integrador y compensador de desigualdades», dijo.

Por este motivo, la Junta se ha enfrentado aquí también al ministro Wert y su reforma educativa, dentro del margen legal del que disponen las autonomías. Según Educación, a día de hoy se encuentran matriculados en el primer curso de Formación Profesional Básica en la provincia un total de 1.557 alumnos.

Se imparten 96 ciclos de 16 especialidades en 78 centros docentes de la provincia. Las enseñanzas más demandadas son Servicios Administrativos, Informática y Comunicaciones, Electricidad y Electrónica, Cocina y Restauración, y Agrojardineria y Composiciones Florales.

Además, 962 alumnos están matriculados en el segundo curso de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), que se imparten este año por última vez, sustituidos, precisamente por la nueva FP Básica.