Málaga se ha gastado 250.000 euros en renovar los carriles bus de la ciudad. Una inversión que se explica por el paso constante de los autobuses, que desgasta más el asfalto y reduce su tiempo de vida a 5 años, como máximo. Para reducir esta factura, el Ayuntamiento de Málaga está probando un nuevo material en el carril bus de la calle Hilera. Es hormigón, a diferencia de lo que ocurre en el resto de la ciudad, pero elaborado especialmente para el tráfico de vehículos pesados. Y es un producto pensado y desarrollado íntegramente en Málaga, en concreto en la fábrica de cementos de La Araña.

José Antonio Hurtado, director de Innovación de Financiera y Minera en Málaga, explica que el nuevo material que está en prueba desde inicio de diciembre está diseñado para durar 20 años, aprovechando las ventajas del hormigón, pero adaptado para soportar el tráfico con la misma fiabilidad que el asfalto.

El principal reto de este hormigón, que se empezó a concebir en 2008 y ha necesitado de varios años de ensayo de distintas fórmulas, era simplificar su aplicación, reducir su coste y mejorar su capacidad de frenado. Málaga ya contaba con una mala experiencia en 2007, cuando se colocó hormigón en el vial reservado para autobuses en el Parque. Tres choques en un día mostraron la escasa capacidad de agarre del hormigón para el frenado.

«El hormigón tiene el problema de que si se pule es más resbaladizo en cuanto llueve un poco», señala José Antonio Hurtado, quien recalca que el nuevo material ha sido tratado para eliminar este problema «conservando todas sus ventajas e incorporando las que aporta el asfalto».

El resultado es un hormigón que soporta mejor el paso de vehículos pesados, ya que no se deforma como suele ocurrir con el asfalto. Esto, a la larga debe suponer un importante ahorro en mantenimiento. Además, reduce el ruido ambiental, refleja mejor la luz, permite incluso colorearlo para diferenciar una vía reservada del resto, y tiene más capacidad de desagüe, de unos 1.000 litros el metro cuadrado al minuto, lo que evita la formación de charcos o embalses.

Hurtado señala que una de las ventajas de este nuevo material es que, a diferencia del hormigón tradicional, no va armado. Es decir, no necesita una estructura de acero para darle consistencia. Utiliza una fina malla de plástico que le concede una mayor durabilidad y colabora en mejorar el agarre de los vehículos.

Esta novedad en el diseño aporta otro elemento más, como es la facilidad de aplicarlo, con apenas un grosor de unos 7 centímetros, similar a una capa de asfalto. La diferencia es que no necesita de máquinas complejas, sólo aplicarlo y dejarlo secar.