En el catálogo de precios de 1908 de la Fundición Trigueros aparece en un lugar destacado el grado de preparación de la segunda generación de propietarios, Tomás Trigueros, hijo: «Ingeniero civil de artes y manufacturas de la Escuela Central de París».

Ciertamente, su grado de preparación fue un acicate para la marcha de la fábrica, tras la muerte de Tomás Trigueros y Trigueros en 1884.

Del catálogo de 1908 escribe el ingeniero en primera persona que «he hecho un gran aumento en el número de nuevas máquinas, así como gran perfeccionamiento en los modelos antiguos de las máquinas que se construían y muy especialmente en el ramo de prensas hidráulicas y bombines para las mismas».

La fábrica contaba con el taller de fundición, «anchurosa nave de 60 m. x 12m. con puente rodante de gran potencia que recorre todo su largo»; taller de construcción con tornos, máquinas de cepillar, fresar, taladrar y limadoras; taller de forja «con sus fraguas alimentadas por ventilador Root y en el centro un gran martillo a vapor». Además, tenía un taller de carpintería, de máquinas y piezas ya terminadas, almacén general de modelos así como de herramientas y materiales. Y para facilitar el trabajo, los talleres estaban unidos «por medio de una vía estrecha que permite transportar con facilidad las mayores piezas».

Entre lo más conocido de la fundición se encontraban los locomóviles o máquinas de vapor portátil pero en el catálogo aparecen las creaciones más variadas: máquinas para moler pintura, molinos de serrín de corcho, trilladoras, puentes de hierro, prensas para fideos, calderas para casas, volquetes para trenes...