­El pasado 20 de diciembre, el farmacéutico malagueño José María Laza fue nombrado, en asamblea general, presidente de la Asociación Madre Coraje. La relación entre Laza y la organización lleva años forjándose. Su andadura solidaria arrancó en 1999 y poco después, en 2001, fundó la delegación de Málaga junto con una decena de compañeros. Es ahora cuando José María recoge el testigo de Antonio Gómez, quien ha ocupado el cargo durante 24 años y continúa como presidente honorario vitalicio y seguirá colaborando mano a mano como voluntario en la sede central situada en Jerez de la Frontera.

¿Cómo, o a través de quién, empezó a colaborar con Madre Coraje cuando todavía no había llegado a Málaga?

Fue en una reunión de antiguos alumnos del colegio de El Palo, uno de los compañeros vivía en Sevilla y formaba parte de Madre Coraje. Teníamos un amigo en común, Salvador Almagro, y a él empecé a hablarle de la asociación, pero me dijo que se veía mayor para comenzar con aquello y me devolvió la pelota. Era muy difícil empezar con una ONG sin experiencia, ni recursos, pero supe reunirme con un buen grupo de personas. Me rendí a trabajar por los empobrecidos y Salvador me ayudó siendo delegado. Ese pequeño grupo echó a andar con el apoyo de muchas personas que confiaron en la labor y transparencia de Madre Coraje. Lo fundamental es comunicar que con pequeños gestos se puede colaborar.

¿Qué diferencia a Madre Coraje de otras organizaciones?

Reciclaje y solidaridad: la genialidad de Antonio Gómez de unir la solidaridad con el reciclaje. A nadie se le escapa que Madre Coraje tiene contenedores con los que se sufraga el trabajo de la asociación, sin embargo, todavía hacen falta muchos socios. Lo que más trabajo nos cuesta es convencer a la gente de que con su pequeño apoyo se asegura que los proyectos salgan adelante.

Con este nuevo cargo a sus espaldas, ¿se plantea trabajar en nuevas propuestas o seguirá el camino iniciado por Antonio Gómez?

Sería absurdo pensar en otro camino porque, a lo largo de los años que llevo en Madre Coraje, que son ya 14, la personalidad de Antonio y de todo el equipo de voluntarios está marcada por una idea y unos principios claros. Sobre todo los principios en los que explicamos porqué hacemos las cosas. Nosotros no hacemos nada por quedar bien o por hacer números, trabajamos porque hay personas que necesitan cooperación. Asimismo, voy a intentar mejorar sobre tres aspectos: confianza, cuidado y compasión. Intentar que la ciudadanía confíe en nuestra labor, que vean que cumplimos con todos los principios de transparencia en la función y gestión de la organización. Queremos tener la confianza de más personas y de otras organizaciones o la administración para trabajar en red. Cuidado, porque hay que trasladar a la sociedad la idea de que nos necesitamos los unos a los otro, tenemos que cuidarnos entre todos, cuidar a los que tenemos cerca y a los que no conocemos. Esto tiene que ver con el medio ambiente y con el mundo, todos somos necesarios. Y la compasión, porque tiene que doler la situación de los más empobrecidos. La sociedad está cada vez más ciega y sorda ante los que sufren y esto nos endurece de un modo tremendo, la gente va más deprisa cuando ve a alguien en el suelo, prefiere ni verlo, ni oírlo.

¿Nota que la situación va mejorando, tal y como aseguran los políticos?

A nosotros no nos llegan esas cifras tan generosas. Por hablar de Málaga, la situación es la misma en cuanto a necesidades, hay que seguir atendiendo a muchas personas.

La crisis ha exprimido a muchas ONG, ¿a la suya también?

Madre Coraje ha hecho un esfuerzo grande durante estos últimos cuatro años para atender las necesidades de la gente ante tal fragilidad y debilidad de la sociedad. Hemos creado varias iniciativas como los huertos solidarios de Jerez, con los que se suministra fruta y verdura a comedores sociales. Intentamos apoyar lo máximo posible a otras instituciones y crear confianza para trabajar en red con otras organizaciones.

¿Cómo ha sido el crecimiento de Madre Coraje en Málaga desde su creación hasta hoy?

Ha crecido de un modo enorme, empezamos siendo 12 personas y actualmente hay 250 voluntarios, además tenemos personal contratado, 16 personas que se encargan de la recogida de ropa, aceite, labores de reciclaje... También empezamos recogiendo enseres para enviarlos como ayuda humanitaria y hoy podemos contar con unas instalaciones estupendas donde los voluntarios pueden trabajar con medicinas, materia escolar, radiografías, materiales electrónicos... Todo aquello con lo que la gente ya no sabe qué hacer, en Madre Coraje se le da una segunda oportunidad.

Un reto. ¿Qué se propone José María Laza como nuevo presidente de Madre Coraje?

Necesito mucha ayuda. No dejo de ser una persona con mis limitaciones y para esta tarea es necesario rodearse de muchas buenas personas que cooperen por los más empobrecidos.