Pese a todo, en Málaga capital se van dando pasos en la buena dirección. Recientemente, el alcalde, Francisco de la Torre, anunció que prohibiría el establecimiento de circos que hicieran funciones con animales en el término municipal. Carmen Manzano, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, recuerda la primera batalla que tuvo su colectivo con el tema de los chip identificativos de los animales, muy extendido entre los perros, pero escasamente usado entre los gatos. «Sólo el 5% de ellos lo tienen», precisa.

Ahora, la batalla de la Protectora se centra en la esterilización de las colonias de gatos, para lo que se han destinado 30.000 euros en 2014 y los primeros meses de 2015. Se trata de la concreción del protocolo CES (capturar, esterilizar y soltar), que, según indica Manzano, está muy extendido, por ejemplo, en Barcelona.

El sistema es novedoso: un cuidador se encargará de una colonia, de forma que se les da de comer y, a los enfermos, se les retira de la calle, además de vacunarles. En Barcenillas, por ejemplo, hay tres o cuatro de estas colonias, y otras ocho o nueve en el Cerrado de Calderón. «Se ha empezado por las colonias que están cerca de colegios y hospitales, que son precisamente los lugares en los que no debe haber colonias de gatos», precisa.

A los machos y las hembras se les diferencia haciéndoles una hendidura en la oreja para saber cuáles están castrados, y puede comprobarse y controlarse la población de la colonia y si aumenta o se reduce.

Todo este protocolo comenzó a llevarse a cabo en los meses de octubre y noviembre y, en teoría, la primera toma de contacto debía prolongarse durante cuatro meses.

Aún quedan muchos pasos por dar, pero el primero de todos está relacionado con la educación.