­Las clínicas privadas de la provincia han empezado el año con la calculadora en la mano. A la guerra de precios de las aseguradoras y a la gran competencia se ha sumado el aumento del IVA para los productos sanitarios, que ha pasado del 10% reducido al tipo general del 21%.

La Federación de Nacional de Clínicas Privadas ha calculado que esta subida le costará a cada centro sanitario entre un 5 y un 8%. Esto podría suponer una pérdida de alrededor de 1,5 millones de euros para centros de tamaño medio, lo que se traducirá no sólo en menos ganancias, sino en pérdidas, lo que con probabilidad conllevará despidos. De hecho, la federación ha calculado que la subida del IVA impositivo dejará sin trabajo a más de 21.000 sanitarios de todo el país, ya que se trata de un cambio fiscal que va a afectar al 70% del material sanitario de uso común.

La medida entró en vigor el pasado 1 de enero y responde así a una orden del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de hace justo dos años, cuando declaró que España estaba incumpliendo las obligaciones de la Directiva Europea porque sus productos sanitarios tenía un IVA reducido del 10%, en lugar del tipo general que existe en el resto de Europa.

Fuentes del Ministerio de Hacienda han calculado que el ingreso adicional estimado por la subida del IVA en algunos productos sanitarios se situará entre los 300 y los 400 millones de euros.

El presidente de la Asociación de Clínicas Privadas de Málaga, Jesús Burgos, admite que el cambio les va a afectar en gran medida. Señaló que la subida no sólo afectará a los catorce hospitales privados que integran la asociación malagueña, sino que también a los centros no hospitalarios, como las clínicas dentales o estéticas. «Evidentemente esto va a reperctuir en la cuenta de resultados de los hospitales y también en el empleo, porque para mantener equilibradas nuestras cuentas habrá que reducir los gastos, y el capítulo de personal es el que más presupuesto tiene», señaló Burgos, que calcula que en la provincia trabajan en centros sanitarios privados más de 2.500 personas.

Para el también gerente de la Clínica CHIP y la Encarnación el aumento del IVA al 21% es un nuevo golpe para el sector. «Desde la federación hemos puesto todas las alegaciones que creemos justas para que no nos viniera incrementado este IVA, pero al final ha sido Bruselas la que lo ha impuesto. Pero yo no entiendo que por una película sea de un 4% y para jeringuillas del 21%», criticó.

La subida no sólo afectará a material básico como guantes, gasas apósitos o bisturíes, sino que también lo hará sobre aparatos de rayos X, TAC o escáneres, lo que dificultará aún más que los centros hagan grandes inversiones en aparatos innovadores. «Sube todo excepto los medicamentos», apuntó Burgos, que lamentó el coste que esta medida va a suponer para las empresas de la sanidad privada de la provincia en lo que es un nuevo envite al sector sanitario.

Solo se salva de esta subida todo aquello relacionado con la discapacidad, es decir, los productos que estén diseñados para personas que tengan deficiencias físicas, mentales, sensoriales o intelectuales, como como las gafas graduadas, prótesis, sillas de ruedas o muletas y aquellos productos sanitarios como las gasas, vendas, botiquines para primeros auxilios o parches oculares.