Más de 70.000 kilómetros se ha recorrido el malagueño Javier González de Lara en su primer año como presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) en su doble objetivo de atajar los múltiples problemas de la institución y de acercarla a todo el empresariado de la comunidad. El también presidente de la patronal malagueña CEM accedió al cargo el pasado 23 de enero de 2014 en sustitución de Santiago Herrero, terminando con más de 30 años de hegemonía sevillana al frente de la CEA. González de Lara afirma, haciendo balance de este primer año de gestión, que no ha encontrado ningún recelo territorial ni sectorial en su intención de «dar la vuelta a la organización como un calcetín». «Todos quieren que la nueva CEA sea una realidad. Como todas las instituciones, tenemos que resetearnos. Mi primer año es de completa gratitud. No he encontrado ningún tipo de resistencia», comenta el máximo responsable de los empresarios andaluces, que en estos doce meses ha querido regenerar la imagen social con un código ético, recuperar afiliados y cuotas impagadas y, sobre todo, reordenar el agujero económico de la CEA y enjugar su déficit con un plan de viabilidad.

Encauzar la deuda. Era el principal quebradero de cabeza de González de Lara a su llegada a la CEA, institución que acumula una deuda de 12 millones de euros heredada de la etapa de Herrero. El principal logro en este primer año ha sido la firma de una hipoteca de casi 7 millones de euros con Unicaja, Popular y BBVA sobre la sede central de la Confederación, situada en la isla de la Cartuja, en Sevilla. Esta operación ha permitido encauzar la mayor parte de la deuda y abre la puerta a la firma de nuevos créditos que terminen de resolver la situación. El presidente espera que los cinco millones restantes puedan estar regularizados en el plazo de año y medio.

«Todo está resultando muy complicado. La realidad es que necesito más tiempo para resolver esta cuestión pero podemos decir tras este primer año que la nave comienza a tomar buen rumbo y que está asentada», explica. Otro de los puntos claves es el ajuste de las cuentas. El presupuesto en 2014 fue un 8,5% menor que el año anterior y se quedó en 4,5 millones. El de 2015 rondará los 5, avanza. «Será otra vez lo más ajustado posible. Los avances los estamos haciendo con dificultades porque el entorno económico no deja de estar difícil», avanza. Lo que sí se descarta es que haya necesidad de tener que aplicar algún tipo de medida regulatoria vía ERE sobre el propio personal de la CEA.

Recuperar afiliados y cuotas. La CEA cuenta con 300 organizaciones adscritas y 180.000 empresas asociadas, de las que entre 35.000 y 40.000 pertenecen a la provincia de Málaga. En su primer año de mandato, González de Lara ha conseguido incrementar la afiliación en torno un 2% y elevar la recaudación por cuotas en cerca de 150.000 euros gracias a nuevas incorporaciones de empresas y organizaciones. «No ha habido fugas en esta nueva CEA. La organización se ha hecho más sólida y se ha hecho un esfuerzo por recuperar a aquellos que tenían cantidades pendientes con un plan especial de cobros», asegura. En su labor al frente de la organización, el presidente se muestra especialmente agradecido con el comportamiento y el apoyo «estrecho» del empresariado malagueño. No hay que olvidar que hace un año la toma de posesión de González de Lara propició que una extensa comitiva de 120 representantes de la economía malagueña se desplazara a Sevilla para mostrarle su apoyo, además del presidente de Unicaja, Braulio Medel, y representantes financieros de Cajamar, Caixa, Popular o Santander. También acudió la entonces presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Magdalena Álvarez.

Una herencia envenenada. Una de las patatas calientes con las que le ha tocado lidiar a González de Lara a su llegada a la CEA es la causa judicial en torno a la Fundación para el Desarrollo del Sur de Europa, por lo que hay varios imputados de la anterior cúpula de la patronal, entre ellos Santiago Herrero. Al nuevo presidente le ha tocado tratar de resolver el perjuicio originado a los beneficiarios de las 583 VPO que esta fundación, vinculada a la CEA, nunca llegó a entregar en una zona de Sevilla. «No es una tema que afecte directamente a la CEA sino a la fundación pero me preocupa mucho como presidente el perjuicio originado a esas personas que esperaban las VPO», reconoce. La fundación entró en concurso de acreedores el pasado año a instancias de la Sareb (el banco malo) y las últimas novedades son que los administradores han firmado el contrato para reanudar las obras de estas viviendas protegidas. De esta forma, aquellos compradores cuyos contratos continúan aún en vigor y otros posibles compradores podrán por fin acceder las mismas. «La colaboración de la Sareb, que era la titular de los créditos principales, ha sido imprescindible», confirma.

Una CEA más ética. Una de las grandes apuestas de la nueva CEA ha sido la elaboración de un código ético que sirva de referente para los empresarios y que también contribuya a regenerar la maltrecha imagen que la confederación- como muchas otras instituciones- tiene entre la ciudadanía, harta de tantos escándalos. La ética precisamente fue el fundamento clave del primer mensaje que González de Lara lanzó a los empresarios el día de su elección. «La inmensa mayoría de los empresarios seguimos comprometidos con el principal elemento de progreso, que es el factor moral», proclamó entonces el flamante nuevo presidente. Este pasado mes de diciembre la CEA aprobó la reforma de sus estatutos y una serie de instrucciones internas de contratación que contemplan, entre otras cuestiones, expulsar a los afiliados por incumplimiento grave del código ético o por no pagar las cuotas.

«Vulnerar los comportamientos razonables, éticos y lógicos será motivo de expulsión, no se dejarán comportamiento espúreos al margen de la legalidad y tampoco se permitirá ir en contra de los acuerdos que adopte la organización. Si no se contribuye al sostenimiento económico de la organización y no se pagan las cuotas también se podría estar fuera», explicó en su momento el presidente. En todo caso, el código tendrá que ser debidamente desarrollado en su correspondiente reglamento para conocer todo su alcance.

La Junta y las posibles elecciones. González de Lara afirma que durante este primer año su traro con las Administraciones ha sido muy fluido. En el caso de la Junta de Andalucía, habla de «relaciones cordiales desde el punto de vista social y económicos» y cita a este respecto la consecución de acuerdos como la renovación del funcionamiento del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos laborales (Sercla), que desde su nacimiento hace quince años ha evitado la pérdida de 34,2 millones de horas de trabajo. Este pacto de la CEA con la Junta fue suscrito junto a CCOO y UGT. En cuanto al más que posible adelanto electoral de las elecciones andaluzas al próximo mes de marzo, el presidente de la patronal andaluza afirma que su deseo es que el Gobierno de la comunidad tenga estabilidad para llevar cabo todo lo que los ciudadanos demandan a una administración. «Estamos en un momento que no es fácil, con un gobierno de coalición donde no siempre es fácil cohabitar», apunta. Por eso afirma que es Susana Díaz quien debe decidir si su Ejecutivo cuenta con suficientes garantías de estabilidad. «Si la presidenta considera que debe convocarlas, lo respeto», señala.

Supuestos roces con la CEOE. La relación de la CEA de González de Lara con la CEOE de Juan Rosell ha estado en el centro de la polémica después de que el presidente de la patronal española, tras su reelección, no haya incluido a ningún empresario andaluz en alguna de las cuatro vicepresidencias. En muchos círculos se ha achacado esta decisión a una vendetta de Rosell hacia la CEA por no haber apoyado este pasado otoño su candidatura frente a la del otro postulante, Antonio Garamendi, presidente de Cepyme. De hecho, las vicepresidencias han ido a los territorios que sí mostraron su apoyo explícito a Rosell.

González de Lara niega los supuestos roces y asegura que la posición de la patronal andaluza en la campaña electoral de la CEOE fue de «exquisita neutralidad» entre los dos candidatos. Y es que en la CEA aún recuerdan épocas que en otras épocas les pasó factura tomar partido: en 2007 cuando Santiago Herrero votó en contra de Gerardo Díaz Ferran como sucesor de José Marías Cuevas o en 2010, cuando el propio Herreros disputó (y perdió) con Rosell la carrera por la CEOE.

«Lo más inteligente era ser neutral», comentan fuentes de la patronal andaluza consultadas por este periódico, que desvelan un dato poco conocido. «Durante la campaña, estaba previsto que tanto Rosell como Garamendi presentaran en días separados sus propuestas en la CEA. Rosell no pudo acudir por problemas de agenda y, en ese momento, se llamó a Garamendi para que tampoco viniera para que no hubiera desequilibrio», señalan estas fuentes, que creen que el presidente de la CEOE cometería una «torpeza» si relegara ahora a una Andalucía que es el tercer territorio empresarial de España.

En cualquier caso, ¿ha quedado la CEA con poco representación en la CEOE? La mayoría piensa que sí aunque González de Lara recuerda que la patronal andaluza cuenta con dos miembros en el comité ejecutivo (él mismo y Miguel Rus, de Sevilla). Y resta importancia al hecho de no contar con vicepresidencias. «Sus razones tendrá el presidente Rosell. Igual ha premiado a quien más apoyo le ha dado pero yo, en este tema, he querido ser mas de la CEA», apostilla.