«Hay historias que cuando la gente las lea, estoy convencido de que dirá que no sabía que habían ocurrido en Málaga», sostiene Salvador Valverde. Este escritor malagueño de 35 años está seguro de ello. Para eso se ha pasado cuatro años leyendo y escudriñando en periódicos y legajos del Archivo Díaz de Escovar en busca de sucesos y personajes que son una auténtica sorpresa, por eso ha titulado el resultado de su trabajo Crónicas sorprendentes de Málaga, que ahora publica la editorial Jákara.

Trabajador de la hostelería, Salvador Valverde confiesa que su gran vocación es la de historiador, por eso está convencido de que algún día llamará a las puertas de la UNED para estudiar la carrera. En todo caso, el alma de historiador se adivina en estas páginas, su segundo libro tras Málaga negra, una recopilación de sucesos llamativos y truculentos del pasado, que escribió junto con José Manuel Frías.

«Si hablo de leyendas, por ejemplo, aprovecho para mostrar el contexto histórico e introducir al lector en la Historia de Málaga», cuenta de estas crónicas sorprendentes. Leyendas como la que recoge un texto manuscrito de 1773, firmado por un tal Francisco de la Torre, que asegura que en ciertas zonas de la Sierra de Mijas y de Sierra Bermeja, al mediodía el sol ilumina las vetas de un misterioso mineral: el mineral del Sol. Lástima que el aventurero que el siglo XVII se hizo con muestras de estos prodigios fuera atracado y asesinado camino de Madrid.

También recoge el libro la supuesta visita de Cristóbal Colón a Málaga en 1487, durante la conquista de la ciudad, para reunirse con los Reyes Católicos. «Sería la segunda entrevista tras la de Alcalá de Henares. No hay documentos que lo demuestren pero sí está confirmado que le dieron un libramiento de dinero para que visitara a los Reyes Católicos aquí en Málaga», expone Salvador Valverde.

El libro también descubre a personajes malagueños casi desconocidos como el bandolero de Archidona Nicolás Jordán (1815-1867) de familia acomodada y del que el autor señala con sorna: «Me recordaba a Mortadelo porque siempre que tenía algún apuro se disfrazaba de algo: de mujer, de mendigo, de cura...».

Otro personaje guarda relación con las raíces familiares de Salvador Valverde, que están en Sedella. Se trata del sedellano José Joaquín Granados y Gálvez, un religioso del XVIII «que en Sedella no lo conoce nadie». El padre Granados llegó a ser obispo de Sonora en México y cuenta con un pueblo con su apellido en el estado de Sonora. Es probable que coincidiera con Bernardo de Gálvez. El escritor malagueño aprovecha para pedir en el libro que Sedella se hermane con el pueblo mexicano.

Y una última sorpresa: la aparición durante la epidemia de cólera de 1855 en Málaga de un curandero filipino, Andrés de los Santos El Chino, que era seguido por cientos de malagueños, allá por donde iba, convencidos de que curaba el cólera. Las autoridades trataron de poner coto a sus mañas, a lo que el gentío respondió indignado con un «¡Mueran los médicos, vivan los curanderos!» imprecación que, por suerte, no se hizo realidad.

Crónicas sorprendentes de Málaga se presentará el jueves 5 de febrero a las 19 horas en la casa hermandad del Sepulcro.