­Kinshasa ya ni existe. Era la antigua capital de Zaire. La República Democrática del Congo de hoy. En Kinshasa se libró una de las batallas más célebres que se recuerdan en la historia moderna. Enfrentó al vigente campeón del mundo George Foreman con Cassius Clay, rebautizado como Mohamed Ali, por la gloria de los pesos pesados. A puñetazo limpio. Norman Mailer lo relata como nadie en El Combate. Una obra maestra.

Medio mundo se levantó a las tres de la mañana para abrazarse a los transistores. La otra mitad lo estaba escuchando en prime time. Nada que ver con lo que pasará el próximo 22-M. Teniendo en cuenta la participación en los últimos comicios del 2012, que fue de un 62 por ciento y no hay motivo alguno para creer en un repunte repentino, las elecciones andaluzas no estimulan ni a los propios andaluces. En 1974, año en el que tuvo lugar el combate, el boxeo vivía su época dorada. Los púgiles se tenían que quitar de encima a los periodistas como moscas. Todo lo contrario que ayer. Siempre que no hicieran preguntas, Rajoy se hubiera echado al lomo de los ahí presentes, que lo contemplaron a través del plasma en calidad HD, para seguir insuflándoles titulares desiderativos sobre el milagro español. Como se hizo durante toda la mañana de ayer ante la atenta mirada de todos los dirigentes provinciales del PP y las viejas glorias del partido. De eso iba la cosa. Precampaña lo llaman. La cosa antes de la campaña en sí, aunque luego sea lo mismo. No se trataba de convencer a los asistentes de nada. Ya llegaron convencidos de todo. Sino lanzar una batería de titulares rimbombantes para acercarse al pueblo a través de la conexión con el telediario del medio día. Aunque sea tan cicateramente como decir que España se ha convertido en ejemplo a seguir para Alemania. No al revés. Entre lo ocurrido en Kinshasa y lo de ayer en Torremolinos hay muchas diferencias, pero también una similitud. Foreman era gran favorito y nadie daba un duro por Ali, que ya venía pasado de vueltas. Movían masas. Solo Ali y los suyos creían en la posibilidad de parar a Foreman, con su instinto asesino y su golpe de hierro. La situación para el Partido Popular en Andalucía es similar. Ninguna encuesta da como vencedor al Partido Popular. Sin embargo, ayer, no hubo nadie que dudara de la victoria el próximo 22 de marzo. Susituyan a George Foreman por el PSOE. Hay combate.