­El Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación (Transfiere), que reúne durante miércoles y jueves en el Palacio de Ferias de Málaga a más de 400 empresas, 250 grupos de investigación y 2.000 profesionales del sector, arrancó ayer con más de 4.200 citas de negocios previstas entre las firmas y entidades participantes. Los pasillos del Transfiere volvieron a ser un año más un hervidero de citas empresariales en un sector que admite seguir viviendo momentos complicados por la restricción de las administraciones al gasto en I+D+i.

Quizá por este sentir, el consejero andaluz de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado, demandó durante la inauguración del foro una mayor colaboración público-privada en este segmento y que las administraciones públicas se pongan como meta recuperar en un plazo de dos años el porcentaje del 1,4% de inversión en I+D+i sobre el PIB que presentaba España en los albores de la crisis, y que en los últimos años ha caído al 1,2%. Mucho más teniendo en cuenta que la media de la UE se sitúa muy por encima, en torno al 2%.

A la inauguración del Transfiere también acudió la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad, Carmen Vela, que no quiso aventurarse en torno a cuándo España podría aumentar sus niveles de inversión en I+D+i pero sí quiso dejar algunos signos para la esperanza: según comentó, y a pesar de la situación económica, se están comenzando a tener resultados positivos en iniciativas como el programa europeo «Horizonte 2020», donde España ha presentado ya 760 nuevos proyectos de investigación con una montante de 224 millones y un retorno de la inversión de hasta el 10,6%. Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, destacó el crecimiento del Transfiere, con un 40% más de participación que el anterior y presencia de 26 países.

En el Transfiere de Málaga también participa el departamento de Patentes e Información Tecnológica del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, cuya responsable, María José de Concepción, comentó el «gran desconocimiento» que sigue habiendo sobre este campo. «Hay todavía muy poca cultura sobre patentes en España. Las empresas a veces hacen fuertes inversiones que no dan resultado por no saber llegar al mercado o colocar el producto de mala manera, sin proteger sus derechos», explicó.

Una patente para territorio español puede costar unos 3.000 euros y una para ámbito europeo que cubra unos cinco o seis países se va a los 30.000. A nivel internacional el coste puede irse fácilmente por encima de los 100.000 euros. De Concepción aconsejó a las empresas buscar asesoramiento para decidir en qué ámbito geográfico puede ser útil patentar sus productos y, sobre todo, hacer un estudio previo que le indique si sus invenciones están ya patentadas, algo que a veces ocurre para frustración de muchas firmas.

«Cuesta 460 euros y te da pistas para saber si sigues adelante con esa patente o debes modificarla. Al final ahorras mucho esfuerzo», apunta ¿Se notan los recortes en I+D+i en el campo de las patentes, que son fruto de la investigación? A su juicio, sí, «aunque de forma retardada porque las patentes tardan años en desarrollarse». Se alcanzó un tope en 2012 y desde entonces caen. En 2014 se solicitaron en España 3.031 patentes, cuando en 2013 oscilaron en torno a las 3.500.