Entre los cientos de desahucios que sufren las familias malagueñas algunos tienen un final alejado del drama que envuelve esta lacra social. Es el caso de la familia de Kenet. Tenían marcado ayer en el calendario como un día fatídico a la espera de ser desahuciados a primera hora, pero finalmente no han perdido su vivienda, ubicada en la barriada de Nuevo San Andrés. Han logrado que el proceso se paralice y pagar un alquiler mensual de cien euros.

El entramado burocrático tuvo en vilo hasta el último momento a esta familia nigeriana con tres menores. Desde la plataforma Stop Desahucio detallaron que la noche del martes llegó un fax en el que se afirmaba la suspensión del lanzamiento por parte del banco Santander, aunque al estar activo el procedimiento había posibilidades de que se realizara. Desde la plataforma se movilizaron y muchos de ellos pasaron la noche allí para hacer frente a lo que pudiera pasar a primera hora de la mañana. Paralizar el desahucio era la prioridad de las plataformas presentes -Stop Desahucios y Plataforma de afectados por la hipoteca- y allegados.

La llegada de la secretaria judicial a la vivienda de la calle Cancho Pérez estaba prevista a las 9.30 horas y sobre las nueve de la mañana unas 40 personas se aglutinaban en la puerta. La familia Elboka esperaba en casa sin los menores de 8, 15 y 16 años para ver qué sucedía.

El desahucio no se produjo. No se presentó ningún agente policial, ni el secretario judicial. A la espera de conocer más detalles sobre el caso, los interesados llamaron sobre las 10.30 a la comisión judicial, que confirmó la suspensión del lanzamiento sin fecha. El propio Kenet se mostró ayer entusiasmado por lo sucedido. «Es un día para celebrar con la familia y los amigos», explicó. Ahora tendrán que afrontar una cuota mensual de cien euros para que la vivienda continúe en su propiedad. «Se trata de una cantidad más acorde con el contexto de Kenet», puntualizaron desde la plataforma.

La situación previa a este hecho refleja la vida de miles de personas. Con una hipoteca de mil euros mensual, en 2009 Kenet se quedó en paro y llegó a un acuerdo con Banesto a través del cual se reducía la cantidad mensual a pagar pero ampliaba el número de años. Tras la absorción de la entidad por parte del banco Santander el acuerdo se rompió en 2012 y la situación ha sido insostenible desde entonces. Aun así, la deuda se ha podido reestructurar y adaptar a las condiciones actuales que viven. Desde anoche la familia de Kenet duerme tranquila.