Musas de todos los estilos y disciplinas artísticas (poesía, narrativa, escultura, música, fotografía...) inundan las páginas de la revista Utopía Poética que en esta última etapa, por eso de capear la crisis, aparece dos veces al año en lugar de cuatro, la última de ellas el número de invierno de 2015, que fue presentado el pasado 6 de febrero en la sede del distrito Bailén Miraflores.

Detrás de este esfuerzo editorial y creativo se encuentra el poeta, escritor y profesor malagueño de pintura Antonio Quero, presidente de la asociación Utopía de las Artes.

«La revista nace hacia 1996 en la Axarquía, en Torrox. Por entonces se editaba en fotocopias», recuerda. Tras incorporarse a la publicación y después de unos años de patrocinio de la Diputación en los que se llegaron a publicar hasta seis números al año, en 2006 propuso que se convirtiera en asociación para no tener que depender de nadie. Desde entonces hasta la fecha la asociación ha publicado 23 números y cuenta con el respaldo de unos 110 socios que pagan una cuota de 25 euros al año, a cambio de participar en la publicación, entre otras muchas actividades.

Así, tienen la satisfacción de que su obra salga publicada y que se distribuya en las bibliotecas municipales de Málaga pero también llega, por ejemplo, a Alemania -donde hay socios- a Colombia y a Cuba. «También nos escribe gente de Italia», cuenta el presidente.

Y una característica primordial de la revista: «No hay cribas, aquí no se le cierra la puerta a nadie». Por eso, cuenta Antonio Quero, en Utopía Poética conviven personas que escriben muy bien con otras que nunca antes se habían soltado. «Mi filosofía es que esta revista sea una puerta abierta para quienes escriben sus cosas y se las guardan para ellos, para que puedan publicar en una revista».

Este criterio, destaca el presidente, ha deparado momentos muy gratos, como esa ama de casa, ya fallecida, que a raíz de la muerte de un familiar se decidió a escribir y de pronto vio sus versos publicados en la revista. «Esa persona no sabía como agradecértelo», señala, al tiempo que subraya que «la poesía no puede ser clasista» y eso es algo que demuestra la asociación con sus actos.

Utopía de las Artes, además de haber sacado 23 números de la revista, lleva publicados 22 libros que o bien salen adelante con el presupuesto anual sobrante o bien con el dinero que aportan algunos socios. Así, la colección Trébol publica poesía o narrativa de cuatro socios en un libro conjunto. La colección Utopía publica libros individuales de socios: «Lo que hacemos es ayudarle a maquetarlo, le asesoramos y los ejemplares llevan detrás nuestro sello».

La tercera colección, la de Voces Poéticas e Historias y Cuentos trata de que participen más socios con un coste menor de impresión. En concreto, una veintena de autores que aportan 50 euros cada uno a cambio de 10 ejemplares. Por último, la colección Esmeralda, subvencionada esta sí por el área de Cultura del Ayuntamiento, publica libros temáticos como los dedicados a la inmigración, los mayores o los discapacitados. «Es un reto para los socios porque tienen que escribir de estos temas».

Los utópicos socios de esta asociación también organizan a lo largo del año visitas culturales, presentaciones de libros y hermanamientos poéticos como el que realizaron con Bailén. Desde enero, una placa en la plaza de Bailén recuerda este hermanamiento de unos artistas felices de serlo y con cada número de la revista, realizados como creadores.