El trono de la Expiración ha vuelto a sus orígenes, gracias a una profunda y cuidada restauración que le ha devuelto el esplendor original de la pieza de los Talleres Granda. Y decir eso no es poco de uno de los grandes tronos procesionales de Andalucía, y por extensión de España. La actuación, presentada la pasada noche en la casa hermandad, no sólo ha permitido aligerar la mesa y mejorar la salud de la madera, también devolver al cajillo su configuración original, alterada en dos ocasiones -décadas de los 40 y 60-.

La intervención en el trono del Cristo de la Expiración se ha acometido coincidiendo con el 75 aniversario de la bendición de la imagen titular de la hermandad. Tres talleres han participado en este trabajo, en función de a qué se dedicaban. Así, el taller de Antonio Cabra se ha centrado en la estructura metálica; el taller de Manuel Toledano, en la madera; y el de Manuel Valera ha trabajado en la orfebrería.

El resultado es un trono que parece recién salido del taller de Granda, no sólo por la limpieza y tratamiento de la madera, sino por recuperar la configuración original. De hecho, la cofradía descubrió recientemente que la ubicación de los paneles y cuarterones había sido modificada en los años 60, además de los cambios acometidos poco después de ser recibido del taller de Félix Granda para adaptar la posición de los varales.

Los trabajos realizados en el trono han permitido darle más sensación de volumen a la pieza, al jugar con la posición de las distintas piezas del cajillo, que fueron alineadas en los años 60 y se perdió ese juego.

La intervención del taller de Manuel Toledano también ha permitido restaurar las piezas de madera que estaban más deterioradas, con golpes o problemas en el barniz. Además, se han recolocado las piezas que estaban descuadradas por problemas con la ya antigua mesa.

Otra de las actuaciones importantes ha sido la sustitución de la mesa metálica del trono por una construida por Antonio Cabra en aluminio, más ligera que la actual -pierde 126 kilos- y un sistema de suspensión en las patas que evita que la talla sufra menos. También se incorpora un sistema hidráulico para mover la cruz y facilitar la salida de la casa hermandad, además de los varales telescópicos incorporados en 2014.

El trabajo de orfebrería ha tenido como principal reto la reparación de algunas molduras y celosías que presentaban roturas y grietas, procediéndose a su soldadura y repaso. Además, se han restaurado las pilastras de las esquinas.

Junto a la restauración del trono, ayer se presentó en la casa hermandad el libro Expiración: 75 Años de presencia en Málaga. Volumen 1 escrito por María del Pilar Díaz Ocejo y Andrés Camino Romero, con diseño de Pablo Vertedor Romero.