Un buen embarazo con un recién nacido sano es una suma de circunstancias. Al margen de la genética, de patologías previas o de alteraciones, gran parte de la culpa de que un hijo nazca sano está íntimamente relacionado con que la madre se haya cuidado durante los nueve meses de gestación. Y eso conlleva llevar una vida sana libre de sustancias tóxicas como alcohol o tabaco.

Los participantes en el trabajo de investigación de la Unidad de Ginecología y Obstetricia tienen claro que hay que incidir en la prevención, pasando antes por la educación. Así, el doctor Ernesto González Mesa advierte de que aunque la prevalencia del Síndrome Alcohólico Fetal sea afortunadamente baja, sí se han hallado otros trastornos del espectro similares que se han relacionado con consumo bajo de alcohol que podrían haber ocasionado dificultades en el aprendizaje, alteraciones conductuales o trastornos como hiperactividad.

José Herrera Peral afirma que las repercusiones en el aprendizaje y en el futuro pueden perdurar toda la vida, al tiempo que recordó que en el caso del síndrome se observa incluso en el aspecto del feto. «Pueden tener un retraso en el crecimiento, malformaciones, desprendimiento de placenta... Y efectos a largo plazo con una incidencia mayor en enfermedades metabólicas como la diabetes», señaló.

Una de las principales características de estos niños es el bajo peso al nacer. Muchos están asociados, además, a partos prematuros. Pero según el ginecólogo Jorge Carrera estos nacimientos no siempre se adelantan de manera natural, sino que muchas veces es el propio médico el que lo provoca por el deterioro del feto, que puede no coger peso o presentar otros problemas añadidos.

Por este motivo, y para evitar esos problemas, el equipo de Ginecología ha decidido seguir con el trabajo para hacer una radiografía de la realidad de las embarazadas malagueñas a más largo plazo y con seguimiento, pero también para prevenir. Por eso, han diseñado una campaña de prevención que pasará, primero, por hacer reuniones con médicos de familia de Atención Primaria y matronas para insistir en esta educación. «Nuestro objetivo es reducirlo a cero», arguyeron.