Una parte importante de la Historia de Churriana, la que recuerda su pasado de pueblo rico en manantiales, se encuentra en el Camino del Pilar rodeada de una doble valla en terrenos privados e invadida por matojos, pese a tratarse de un trozo del patrimonio municipal con protección arquitectónica de grado I. Se trata del arca o alcubilla principal de aguas que forma parte de un ambicioso proyecto del siglo XVIII -anterior en casi 60 años al acueducto de San Telmo- y que quedó inconcluso en el XIX: la conducción a Málaga de las aguas del manantial de la Fuente del Rey de Churriana, un venero conocido desde los romanos. El arca es de 1728.

Pese a que la conducción no se terminó -y quedan numerosos arcos de prueba en la barriada de Zapata, en Alhaurín de la Torre- sí se finalizaron las obras para regar con una acequia las tierras de Churriana y utilizar el agua previamente en dos molinos, el Molino Bajo y el Alto. En la actualidad sólo quedan restos de este último así como de un tramo de acequia, ya cerca de la calle Torremolinos y a pocos metros del arca principal.

La asociación de vecinos Viñas de la Sierra reclamó la semana pasada la preservación y apertura al público del arca de aguas del Camino del Pilar, así como la recuperación y protección del tramo de acequia y los restos del Molino Alto, que se encuentran en una parcela municipal, destaca la asociación, pero sin protección alguna.

«El arca es un monumento histórico de Churriana, de lo poquito que hay. Lo que pedimos es un pequeño parque, cuatro arbolitos y que sea visitable. Que no espere el Ayuntamiento a que se caiga y haya que gastar un millón de euros», manifestó el presidente vecinal José Luis Sánchez, al tiempo que Joaquín Santana, vecino de la zona, recordó que el manantial de la Fuente del Rey y sus acequias «servían a todas las albercas de Churriana».

Por su parte Andrés Gómez, anterior presidente de la asociación de vecinos, destacó que el manantial surtió de agua a Churriana hasta que la entonces Confederación Hidrográfica del Sur «hizo hace más de 30 años una perforación justo en la vena de la Fuente del Rey y la secaron».

Los vecinos resaltaron el contrasentido de que el Ayuntamiento cuente con una llave para entrar en la alcubilla de 1728 pero no puede acceder a ella porque lo impide una doble valla.

Para José Luis Sánchez, la solución debe pasar por expropiar el suelo « y que se pague el justiprecio que marca la ley».

El tramo de acequia que conectaba esta zona con el vecino Molino Alto, al otro lado de la Carretera de Coín, desapareció por la construcción de una urbanización (de nombre, paradójicamente, Fuente del Rey), pero todavía quedan cerca de 200 metros de la centenaria acequia -con un ramal hacia la finca de La Cónsula- y que llega hasta los restos del Molino Alto y su alberca, otro símbolo de Churriana que, sin embargo, carece de protección. En una pared de este viejo molino puede leerse en grandes letras «Gracias por su visita», en recuerdo de una visita a Churriana del que fuera alcalde de Málaga Cayetano Utrera.

El PGOU actual divide la parcela donde se encuentran el tramo de acequia y el Molino Alto en dos, la primera para uso comercial y la segunda para equipamientos.

«Hay que respetar lo que queda y para que no se deteriore más, quitar las cañas que lo rodean», señala José Luis Sánchez, que reclama que este conjunto sea protegido, antes de que sea demasiado tarde.

La asociación de vecinos también pide la protección de un impresionante molino y cortijo, del que destacan dos grandes torres -los sifones del agua- frente al Cortijo de Maza, el Molino de La Veleta, que no se alimentaba del agua del manantial de la Fuente del Rey sino de otro venero de la Sierra de Churriana, el manantial de Rojas. La asociación también ha pedido la protección de estos históricos restos.