­Una espectacular operación de la Policía Nacional ha permitido la incautación en Málaga de un kilo y medio de metilendioxipirovalerona (MDPV), una potente sustancia conocida en la calle bajo el polémico nombre de droga caníbal. Esta cantidad, interceptada en dos fases, sería histórica, ya que los propios investigadores califican este alijo como el primero de estas dimensiones en nuestro país y en el resto de la Unión Europea. Sólo en Noruega y Turquía constan aprehensiones similares. Teniendo en cuenta que las fuentes consultadas aseguran que de un solo gramo pueden extraerse alrededor de 200 dosis orales, la calculadora dice que de 1.500 gramos podrían extraerse hasta 300.000, un auténtico negocio a repartir entre productores y proveedores.

Según ha podido saber La Opinión de Málaga, la investigación ha durado más de un año y ha permitido la detención de más de una decena de personas en España y Finlandia, los dos países involucrados en el envío y recepción del estupefaciente. Fuentes cercanas al caso aseguran que las pesquisas entre ambos cuerpos han sido coordinadas por Eurojust, órgano europeo con sede en La Haya que persigue la delincuencia organizada y transfronteriza entre los países miembros. De hecho, una comitiva judicial finesa visitó la capital malagueña hace unas semanas para posteriormente culminar las actuaciones en el país nórdico.

La MDPV, también conocida como sales de baño, ola de marfil, bendición o cielo de vainilla, es oficialmente un derivado sintético de la catinona, relacionado químicamente con la pirovalerona, según el Ministerio de Sanidad. Hablando en plata, una sustancia con efectos del perfil de la cocaína y la metanfetamina, «aunque más potente y de mayor duración». El ministerio, basándose en los estudios publicados, añade que la MDPV tiene diez veces más potencia para inducir activación del aparato locomotor y que puede conseguirse fácilmente en internet y tiendas especializadas.

Sin embargo, aunque la sustancia está sujeta a control en virtud del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971 de las Naciones Unidas, no se recoge de manera uniforme en toda la Unión Europea información sobre la toxicidad aguda y crónica asociada a la MDPV, ni sobre sus efectos psicológicos y conductuales, ni sobre su potencial para crear dependencia. De hecho, el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española del Medicamento hablan de «psicosis paranoide, taquicardia, hipertensión, diaforesis, problemas respiratorios, fuerte nerviosismo, alucinaciones acústicas y visuales, ansiedad profunda, hipertermia, arrebatos violentos y disfunciones multiorgánicas» como los efectos que puede provocar esta droga según los sitios web de los consumidores.

Tratándose de una droga de diseño bastante joven, la MDPV saltó a la fama en 2012 en Miami tras un episodio en el que un hombre tuvo que ser abatido por la policía en plena calle al ser sorprendido devorándole la cara a un indigente. Le arrancó a bocados el 75% del rostro y se pensó que había consumido metilendioxipirovalerona, pero la autopsia al agresor reveló que sólo había consumido marihuana.

En España, las alarmas saltaron el pasado verano en Mallorca, cuando un joven que supuestamente había consumido esta sustancia atacó a varios bañistas en Magaluf y tuvo que ser reducido por diez policías. La Guardia Civil reconoció que durante tres o cuatro días se detectaron brotes similares en la isla, por lo que pensó en una pequeña partida de droga que se consumió en su totalidad.

Lo que está claro es el peligro que supone el consumo de metilendioxipirovalerona. Los datos que maneja el Ministerio de Sanidad señalan que entre septiembre de 2009 y agosto de 2013 se registraron 108 casos de muerte en ocho estados de la UE y en Noruega en los que se detectó la presencia de MDPV en muestras biológicas de la autopsia o se observó que la sustancia estaba implicada en la causa del óbito. Además, ocho países miembros notificaron 525 intoxicaciones no mortal por MDPV, por lo que se advierte de que si su consumo aumenta las consecuencias para la salud individual y pública podrían ser importantes. Desde 2009, también se ha notificado en cuatro estados de la UE la detección de MDPV en muestras biológicas relacionadas con accidentes de tráfico mortales y no mortales, o con la conducción bajo la influencia de drogas.

El pasado mes de septiembre, Bruselas prohibió la producción y comercialización de la MDPV junto a otras tres sustancias psicoadictivas como la metoxetamina, ah-7921 y 25i-nbome.