El comercio y la hostelería son los sectores preferidos por las personas que quieren poner un negocio en Málaga, muchos de ellos procedentes del desempleo y que ven ahora mismo en la opción de emprender la alternativa más factible de tener un un trabajo, según los datos de entidades como el Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE) y la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). En concreto, el IMFE afirma que el 55% de las 4.000 atenciones a emprendedores realizadas el pasado año -con más de 2.000 usuarios reales- fueron a personas interesadas en poner una tienda (alimentación, ropa y complementos, papelerías, deporte) mientras que otro 31% se decantaba por un establecimiento de hostelería o negocio vinculado al turismo (bares, taperías, agencias de viajes u hostales). En una posición ya más alejada (12% del total) se situó el sector servicios, que incluye consultorías, formación, tecnologías o transporte. El resto fue para algunos proyectos vinculados a la industria discográfica, audiovisual y cultural en general.

El IMFE constata que el perfil predominante entre las personas que acudieron a su Unidad de Emprendedores estuvo formado por parados, con notable presencia de los mayores de 45 años que optan por el autoempleo como salida laboral. Casi el 60% de estos usuarios eran mujeres.

«El comercio y la hostelería siguen siendo los sectores que los emprendedores consideran más factibles de encarar. En otros segmentos quizá es necesaria más especialización y hablamos de un perfil de personas que, por las circunstancias del mercado, ha perdido su trabajo y sienten que un negocio de este tipo puede ser su salida. En estos casos, lo que hacen estas personas es buscar el traspaso de un local que ya venga equipado para poder iniciar la actividad», comentan en el IMFE. La demanda de información para abrir un negocio aumentó un 20% en relación a 2013, lo que demuestra el creciente interés por asesorarse sobre esta opción.

Por su parte, la AJE destaca también al comercio y al turismo dentro de la gran variedad de proyectos que presentan los emprendedores. «El comercio en concreto es el rey de las consultas. Podemos decir que un 50% de las peticiones de información que recibimos se englogan en este segmento», comentan en la AJE, que recibe cada año a unas 600 personas en busca de asesoramiento. Este colectivo también destaca la incipiente aparición de emprendedores con proyectos de creación de apps o de innovación tecnológica.

«Surgen nuevos proyectos en los que se innova en los procesos habituales, incluso en sectores con poco margen de cambio a priori como las asesorías o consultorías, y los servicios profesionales. Se percibe que hay un cambio de ciclo y de cómo están planteando los emprendedores sus proyectos, con nuevas líneas de trabajo y que choca con los métodos tradicionales», añaden. Más de la mitad de las personas que acuden a asesorarse a la AJE para montar un empresa están en el desempleo.

¿Qué ayudas hay para estas personas? El IMFE tiene abierta la convocatoria 2015 del Programa de Empleo y fomento de Autoempleo (PEFA), con ayudas a fondo perdido entre 1.200 y 1.500 euros por puesto de trabajo indefinido que se cree en las empresas, incluidos los autonomos y socios de las empresas de nueva creación. En la convocatoria 2014 se aprobaron 500 solicitudes de 853 presentadas y se concedió un volumen total de un mllón de euros. Las propuestas rechazadas lo fueron por defectos de forma en el proyecto o, simplemente, porque se agotaron los fondos. Ahora mismo, en lo que llevamos de 2015, el IMFE ya ha recibido casi 320 peticiones.

La otra ayuda de este organismo municipal es el programa de microcréditos de hasta 25.000 euros para proyectos, en el que participan Unicaja, Cajamar, la Caixa y el Banco Sabadell. En 2014 se concedieron 42 -más de la mitad de los presentados- con un total de 610.600 euros de financiacion.

La apuesta por el autoempleo se percibe también en el incremento de autónomos que ha experimenado Málaga el pasado año y que le ha servido para recuperar los niveles previos a la crisis. Actualmente hay casi 102.15o personas dadas de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Los efectos de la tarifa plana puesta en marcha por el Gobierno -50 euros al mes los primeros seis meses- y el hecho de que muchos parados sigan optando por recapitalizar el paro para montar un negocio ante la falta de perspectivas laborales son las claves del repunte, según explican colectivos como la federación de autónomos ATA. Desde inicios de 2014, el RETA en Málaga ha ganado cerca de 5.000 cotizantes. En Málaga, los sectores con más autónomos son, claro, el comercio (30.373) y la hostelería (13.058), seguidos de la construcción (10.313) y las actividades técnicas (7.993).

La dificultad de encontrar empleo por cuenta ajena mantiene también muy alta la cifra de parados malagueños que solicitan en el Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE) el pago único del desempleo con vistas a invertirlo y poner en marcha un negocio o actividad, la gran mayoría como autónomos. Según sus últimos datos, un total de 2.129 personas, a un ritmo de casi 180 al mes, cursó la socilicitud en 2014, una cifra en consonancia con los máximos de los dos ejercicios anteriores y que vuelve a demostrar el interés por esta modalidad.

Los datos acumulados reflejan que 14.327 desempleados en Málaga han solicitado la capitalización del desempleo desde 2008, cuando empezó la crisis, para darse de alta como autónomo (la opción mayoritaria, nueve de cada diez casos) o para formar parte de una cooperativa o de una sociedad laboral. Cerca del 84% de los solicitantes -12.031- vieron atendida en este tiempo su petición al cumplir con los requisitos exigidos. Sólo en el 16% de los casos restantes esta capitalización fue denegada, bien porque el solicitante no cumplía los requisitos, porque no le quedaba suficiente prestación por cobrar o porque el negocio en cuestión ya estaba en marcha cuando pidió la capitalización (un error bastante frecuente de los solicitantes, según el SEPE).

El único posible lunar de este incremento de autónomos es la sospecha de los sindicatos CCOO y UGT de que algunas altas son «obligadas», aludiendo al caso de exasalariados que, tras ser despedidos por sus empresas, se ven forzados a hacerse autónomos para seguir desarrollando la misma actividad que antes, sólo que de forma externa.