Los avances en tecnología, tratamientos y fármacos van de la mano en la medicina, casi tanto como las decisiones que han tenido como reto la eficiencia económica y de recursos, dos valores al alza que persiguen hoy día los gestores que dirigen centros sanitarios. Uno de los mayores progresos en sanidad ha sido la creación de los hospitales de día y de la asistencia domiciliaria, que han logrado reducir la cifra de ingresos en los centros sanitarios así como la morbilidad asociada a estos.

En Málaga capital, sólo en 2014 los centros sanitarios públicos sumaron más de 14.000 procedimientos médicos como sesiones de quimioterapia, radioterapia, biopsias, transfusiones, angioplastias o cateterismos. Los hospitales de día médicos evitaron que cerca de 20.000 pacientes acudieran a urgencias en caso de necesidad o que acabaran ingresados en planta o unidades de cuidados intensivos a causa de una recaída.

En lo que se refiere a cirugía, el avance ha sido aún más espectacular. Hasta hace quince años, toda intervención requería de un ingreso, lo que conllevaba alterar el funcionamiento de la familia y una recuperación más lenta e incómoda por tratarse de un lugar ajeno.

Y es que los precursores de las unidades de estancia diurna siempre han hablado de las bondades de recuperarse en casa frente a hacerlo en la cama del hospital. Prueba de ello es que en Málaga las cifras se multiplican cada año, aunque cuando más lo hizo, según datos de CCOO, fue en 2004, cuando se incorporó a la actividad el Hospital Clínico. Los primeros datos registrados de esta actividad asistencial pasó de 15.000 intervenciones entre los dos hospitales a 22.397 en el año 2007, cifra que se duplica en apenas 6 años con un total de 47.424 en el año 2013.

Según datos de la propia dirección del centro sanitario, el año pasado el complejo Carlos Haya hizo un total de intervenciones quirúrgicas con alta en el mismo día a 15.133 pacientes. En el Clínico este tipo de operaciones alcanzaron los 6.596. La cirugía ambulatoria se realiza fundamentalmente en servicios como los de ginecología, urología, oftalmología, traumatología, otorrinolaringología, dermatología y áreas de la cirugía como la cardiovascular, digestivo o cirugía general. Las patologías mas prevalentes son las cataratas en oftalmología, hernias en cirugía digestiva y artroscopia en traumatología.

El director médico del complejo sanitario Carlos haya-Clínico, José Antonio Medina, señala que la evolución hospitalaria ha sido más que evidente en los últimos años. Se ha pasado de largas estancias a altas en el día, propiciado, en gran medida, por la evolución tecnológica, la forma de abordar las intervenciones, como con laparoscopia, o los fármacos. «Se trata del mismo proceso con la misma calidad y seguridad minimizando el impacto», admite el doctor respecto a la cirugía mayor ambulatoria, que señala que la revolución comenzó en el área de la oncología y que poco a poco se fueron sumando otras especialidades, tratamientos y tipos de operaciones.

En lo que se refiere a los hospitales de día quirúrgicos, Medina admite que la resolución del problema médico es ahora más rápido, y mejor, que hace veinte años. «Hemos evolucionado», admite el director médico, que señala que el leitmotiv de la apuesta del Servicio Andaluz de Salud (SAS) no es otro hacer lo mismo en menos tiempo evitando infecciones y proporcionando comodidad al paciente.

Los conocidos como riesgos iatrogénicos o problemas de salud derivados de la estancia en el hospital o de someterse a una intervención existen. «Cualquiera que entra en un hospital debe saber que los riesgos están ahí, que nuestro propósito es curarlo pero muchas veces se paga el precio de las enfermedades nosocomiales», apunta el experto, que reconoce que un ingreso puede implicar la aparición de errores sistemáticos o aleatorios, además de infecciones.

José Antonio Medina señala como uno de los puntos más importantes de la cirugía mayor ambulatoria la accesibilidad al sistema, pues permite atender a más pacientes. «Ahora se opera a mil cuando antes era a cien. Es eficiencia, no ahorro», manifiesta el gestor, que reconoce que la apuesta por la cirugía mayor ambulatoria se aleja del concepto del ahorro, pues esta conlleva un gasto mayor en recursos humanos, en material fungible y en quirófanos. «El hospital tiene las camas llenas casi siempre. Lo que ahorras por un lado lo gastas por otro», destaca, al tiempo que advierte de que no se ha reducido la cifra de camas en los centros hospitalarios de la capital y de que, de no ser por iniciativas como esta, los hospitales estarían colapsados y el sistema sería inviable.

No obstante, José Antonio Medina reconoce que en medicina no se puede generalizar, por lo que cada caso se analiza de manera pormenorizada, pues puede ocurrir que una patología a priori sencilla requiera el ingreso de un paciente determinado.

Pero aparte del evidente avance en lo que se refiere a la asistencia sanitaria, las unidades de estancia diurna tienen sus ventajas sociales. El director de Enfermería de la sanidad malagueña, Cipriano Viñas, reconoce que la recuperación en casa posee un componente psicológico que no hay que dejar de lado. «Ayuda a compatibilizar muchos aspectos del día a día. Por ejemplo a los autónomos que no pueden dejar de trabajar o a las familias que deben cuidar de sus hijos. Se trata de que la enfermedad tenga el menor impacto posible en su vida diaria», apunta Viñas, que destaca que el aumento de la esperanza de vida, la cronicidad de ciertas patologías o los pacientes dependientes pluripatológicos requerían de este tipo de medidas a nivel asistencial y quirúrgico.

Así, el director de Enfermería reconoce que cuando comenzaron estas unidades los pacientes tenían cierto recelo. «Preguntaban qué hacer si se infectaba, pero esto está superado», señala, al tiempo que explica que hay quien cuestiona ante intervenciones más complicadas si podrán irse a casa. Y es que, admite, no hay nada como dormir en la cama propia y comer la comida de casa. «Con la perspectiva de la experiencia propia puedo decir que esto aún no ha acabado, que aún quedan muchos procesos asistenciales por ser abordados», señala.

Cipriano Viñas explica que una vez se da el alta no acaba la recuperación. «Se fomenta el autocuidado», explica el enfermero, que indica que los hospitales de día disponen de consultas de enfermería en la que se forma, informa y prepara al paciente de cara al tratamiento o intervención a la que se va a someter. En este sentido, señala que una vez el paciente está dado de alta, se hace seguimiento telefónico e incluso presencial en caso de ser necesario.

Además, la sanidad malagueña dispone de un dispositivo de Hospitalización Domiciliaria que asiste a enfermeros oncológicos y otros que requieren de cuidados paliativos. Así, desde Atención Primaria se cubren los casos de menor complejidad. Otro de los grupos de pacientes a los que se hace seguimiento en casa es el de grandes prematuros, aquellos niños que nacen con muy bajo peso y cuyos padres requieren de una ayuda y consejos extra.