El Bar Puerta Oscura se ha convertido en una referencia absoluta que sirve de escaparate para que los jóvenes imagineros andaluces expongan su producción artística. Un trampolín para darse a conocer, para mostrar su genio. Juan Vega, pese a su juventud, se ha consegrado como escultor. Con taller en la calle Cobertizo del Conde, desembarca en este establecimiento hostelero de la calle Molina Lario, que una Cuaresma más se convierte en un museo cofrade.

Vega presenta para la ocasión una colección de siete piezas realizadas ex profeso para esta exposición. Son sus bocetos en barro. Sus estudios. El resultado de las investigaciones que ha realizado en los últimos ocho meses. En total, siete obras entre las que destaca la imagen de un Nazareno en tamaño natural, de talla en madera policromada. Pero también el busto de una dolorosa en teracota policromada, también de tamaño natural.

«En Puerta Oscura han expuesto todos los grandes y para mí es todo un honor y, por supuesto, también una oportunidad», reconoce el escultor. La exposición se inaugura esta noche, a las 21.00 horas, y permanecerá abierta hasta el próximo 17 de mayo.

El imaginero también expone tres bustos en barro cocido y patinado de un Cristo muerto, una dolorosa y un San Juan. La muesta se completa con la imagen de un Crucificado de tamaño académico, también en terracota, pero policromada y una María Magdalena, en barro policromado. «Son bocetos que he venido realizando en los últimos meses con los que he ido investigando y en el taller», explica el imaginero.

Este año ha realizado la restauración de Jesús El Pobre, de la archicofradía de la Esperanza de Vélez y las cartelas del trono del Mayor Dolor, de Antequera.