Una de las principales incertidumbres a las que se enfrenta la economía española, a la hora de prolongar el buen comportamiento que estaría mostrando, habría que buscarla en la posible inestabilidad que arroja un año 2015 trufado de acontecimientos políticos de gran calado. Con estas sensaciones se refirió ayer el vicedecano del Colegio de Economistas de Málaga, Antonio Pedraza, a los próximos ciclos electorales que definirán el futuro político, tanto de España como de Andalucía. Como «cisnes negros» para la economía tachó la posible entrada de nuevas fuerzas en el tablero político y abogó por «más responsabilidad política ante promesas utópicas». Todo esto, en un contexto global que, como admitió ayer, se está mostrando muy favorable para las empresas españolas. Éstas se estarían viendo favorecidas por los efectos positivos del abaratamiento del petróleo y por el Banco Central Europeo con su nueva política de comprar deuda pública y privada en grandes cantidades. La acelerada depreciación del euro frente al dólar, también sirvió para aumentar la competitividad de las empresas españolas. Así, la balanza comercial de Málaga cerró con un superávit de 73.000.000 euros.