Los pescadores de la provincia de Málaga avisan: o se detiene la actividad extractiva en los principales caladeros del litoral o el descenso progresivo de las capturas puede llevar al desempleo a más de la mitad de los trabajadores que dependen de la pesca.

Sólo en el puerto de Caleta de Vélez, el más productivo del Mediterráneo andaluz, dependen de esta actividad más de 4.500 familias -unas mil de manera directa-. O se impone la moratoria por parte de las administraciones competentes en este sector, acompañada por las correspondientes ayudas públicas que recoge la normativa europea, o el típico pescaíto malagueño tendrá que elaborarse con materia prima de importación. Así de contundentes se han pronunciado los máximos representantes de la Federación de Cofradías de Pesca de Málaga, encabezados por su presidente en funciones y patrón mayor de Caleta de Vélez, José Luis Guerrero.

Si Málaga mantiene el ritmo decreciente en sus capturas, a corto plazo desaparecerán del mapa variedades muy populares de las lonjas de la provincia como es el caso de la bacaladilla: un 80% menos de capturas durante 2014 en comparación al anterior ejercicio. Pero no menos son las caídas en las gambas, cigalas o merluzas. «Una de las circunstancias adversas que vienen impuestas por Bruselas es que no hay respuesta a nuestra petición para que se puedan corregir las nuevas mallas impuestas: demasiado finas e incluso peligrosas para el pescado. Todos creemos que las autoridades lo que quieren es que desaparezcamos», lamenta el propio Guerrero.

Qué opinan los biólogos sobre la situación de las especies marinas tan típicas durante siglos en las aguas de la Bahía malagueña. En el análisis más inmediato, el director del Aula del Mar de Málaga, Juan Jesús Martín, se muestra rotundo: «Tenemos que analizar al detalle lo expuesto por los pescadores. Pero hay una evidencia: el agotamiento progresivo del caladero en la provincia de Málaga es preocupante. Sabemos que en el caso del boquerón malagueño, su captura se cierra a la Bahía, al entorno de la desembocadura del río Guadalhorce. O se toman medidas o no habrá boquerones».

El daño de los vertidos al mar

Otro aspecto muy perjudicial, a juicio de estos expertos, es la falta del tan reiterado «vertido cero» en la Costa del Sol. En la actualidad, municipios como Nerja aún tiene en construcción su primera estación depuradora. Martín lo expresa así: «Esos descensos derivados de las pesquerías están ligados a la sobrepesca de los caladeros, pero también a los vertidos de aguas residuales. Es necesario de una vez que Málaga pueda presumir de tener completo el saneamiento integral. Es fundamental para que los ecosistemas marinos se regeneren con normalidad».

Con bastante frecuencia se olvida este aspecto. «Las aguas residuales dificultan la dispersión de las larvas y eso también influye en las poblaciones. No hay especies amenazadas, no estamos ante el fin de algunas de las que han dado tanta fama a nuestra provincia a través de la gastronomía, pero sí estamos a las puertas de una situación que puede propiciar que deje de ser rentable la captura de determinados pescados», finaliza.

Juan José Martín recuerda que el mar «tiene una gran capacidad de recuperación», pero sin las preceptivas paradas durante la época de reproducción de las especies la amenaza está ahí. En el Aula del Mar también se remarca que los pescadores ya son conscientes de la necesidad de la pesca sostenible, por lo que la pelota dejó de estar en sus tejados.