«Las mujeres, además de sufrir el impacto del desempleo, siguen sufriendo una mayor tasa de paro, padecen mayor precariedad laboral y reciben una menor retribución salarial que los hombres por trabajos equivalentes. En este sentido se hace necesaria una ley que garantice la igualdad en los salarios entre hombres y mujeres. Pero también se da en el ámbito familiar, donde siguen sufriendo especialmente las dificultades derivadas de los recortes, ejecutados bajo la bandera de la crisis, que se están produciendo en prestaciones sociales y en la dependencia. También queda pendiente la corresponsabilidad».