­Es uno de los puntos que más problemas de tráfico registra casi a diario en la provincia de Málaga, una situación que se agrava durante la temporada alta, cuando los atascos pueden llegar a ser kilométricos. Por ello, el Gobierno central acometerá en la MA-21, la antigua N-340, un proyecto que dotará a esta carretera de un cuarto carril, con el objetivo de hacer la circulación más fluida y evitar las congestiones.

Esta iniciativa ya cuenta con el visto bueno en lo que respecta al impacto ambiental, según informó ayer el Ministerio de Medio Ambiente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En principio, los cambios afectarán a un tramo de cuatro kilómetros de la MA-21, que discurren entre Torremolinos y Málaga, desde los Álamos hasta el nuevo acceso al puerto de Málaga por la MA-22, una vez pasado el puente sobre el Guadalhorce.

Para ampliar a un cuarto carril la carretera se reconvertirán las vías de servicio, al tiempo que también se contempla construir otro cuarto carril de 1,12 kilómetros en la margen derecha del tramo entre el enlace de Coín y el del aeropuerto. Asimismo, se reordenarán las paradas de autobús existentes en la zona, y se estudiará la ubicación de otras zonas, y se mejorará la seguridad vial, con la construcción de una nueva pasarela peatonal en en el punto kilómetro 229, según refleja el proyecto, que justifica la iniciativa en las congestiones diarias de tráfico, la alta intensidad de tráfico de autobuses -hacia la Costa del Sol y también en dirección al Valle del Guadalhorce- y los numerosos accesos existentes en ese tramo, entre ellos el del aeropuerto.

Según refleja el informe de impacto ambiental, la ampliación en un carril del tramo hasta los Álamos llevará consigo un aumento del tráfico rodado en la zona, que los promotores cifran entre un 1 y un 2% en los próximo años. No obstante, también destaca que la reordenación de las paradas de autobús para hacerlas más accesibles puede ayudar a que haya un mayor uso de los transportes públicos. Al prever un incremento del número de vehículos diarios, la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Málaga sí ha solicitado que se realice un estudio del posible aumento de la contaminación acústica sobre las edificaciones cercanas a la autovía, si bien el proyecto ya contempla hacer un informe para valorar la posibilidad de incluir pantallas sonoras y un tipo de pavimento de características fonoabsorbentes.

En cuanto a la contaminación atmosférica por la emisión de los vehículos, no se espera un aumento, que, en todo caso, si se produjera no llegaría al 25%.

El estudio de impacto ambiental elaborado por el Ministerio también se ha fijado en las afecciones a la biodiversidad, al producirse la ampliación de un cuarto carril en el entorno de la desembocadura del Guadalhorce, un entorno protegido que además da cobijo a especies de especial interés. Así, pese a que la obra no va a atravesar esa zona, sí se pide que se elabore un cronograma de los trabajos que tenga en cuenta «los periodos sensibles de las especies presentes en la desembocadura y que valore el incremento de ruido que las citadas actuaciones provocarán en el entorno del paraje natural».