­Las calles de la ciudad se impregnan de una vista nunca antes descubierta. Lo que antes se mostraba como ruina y destrozo se transforma en belleza y armonía. Porque Málaga muta las blancas vestiduras que rodean sus paredes por grafitis que moldean el entorno en pos de una ansiada renovación. Pero no se trata de una simple ensoñación, sino que forma parte del proyecto «Málaga más bella», llevado a cabo por las asociaciones Kartio, Arrabal-AID y Aulaga, entre otras.

La primera acción de la asociación ha sido realizada en la barriada de Las Lagunillas, centrándose principalmente en la plaza Nueva Esperanza. Para la transformación de esta zona en particular, una organización se muestra como fundamental: Fantasía en Lagunillas.

El objetivo principal que ha dado forma a «Málaga más bella» ha sido poner en valor distintas paredes y espacios públicos de los once distritos de Málaga que se encuentran en desuso a través de dibujos, murales y la colocación de macetas y jardineras.

«Málaga mas bella» es un proyecto transversal que colabora con entidades que trabajan en la misma línea y encajan. «Se empezó a hacer esto el 21 de febrero y terminó el 28», señala Francisco Palma Usagre, responsable de Comunicación de la Asociación Arrabal-AID.

La idea surgió de Kartio

Esta unión de organizaciones transformada en proyecto centrado en la mejora de la capital malagueña tuvo su origen con la idea brotada en la mente de María Francisca Peñarroya, presidenta de la Asociación de Mujeres Kartio.

«La idea nos surgió porque como Málaga se está convirtiendo en una capital cultural y tiene muchos museos nos preguntamos: ¿por qué no convertir a Málaga en un museo de arte urbano?», expresa Peñarroya.

De ese modo, y con la cultura como eje trasversal, esta iniciativa tiene el propósito de crear una oportunidad de participar activamente a los jóvenes en la mejora de su barrio y fomentar la convivencia y el intercambio con los mayores.

«Es conveniente que no sólo participen en disfrutarlo sino que también lo hagan dando sus ideas y posteriormente en la conservación. Si los vecinos están concienciados de que eso es bueno para ellos lo cuidarán más», afirma Concha Belmonte, miembro de la asociación Kartio.

«La idea es que también se integren la gente del barrio para que ellos mismos hagan respetar lo que han trabajado», añade la representante de este colectivo.

Entre los voluntarios que han aportado su labor para que esta iniciativa se haga posible cabe destacar a Jonathan Morillas, uno de los grafiteros que se ha encargado de la creación de murales de arte urbano en la zona de Las Lagunillas.

Con su actuación no sólo ha conseguido la mejora de las instalaciones, sino que ha hecho más cercana la consecución de otro de los objetivos de «Málaga más bella»: la participación ciudadana mediante el acercamiento del arte a los jóvenes que residen en el lugar centro de las transformaciones.