El alcalde de la capital malagueña, Francisco de la Torre, ha trasladado el pesar de la Corporación municipal a los familiares y amigos del que fuera obispo de Málaga entre 1993 y 2008, Antonio Dorado Soto, "un hombre cordial, afectuoso y muy entregado", cuya muerte "deja un vacío".

"Es una triste noticia", ha manifestado De la Torre ante el fallecimiento este martes del que desde 2008 era obispo emérito de Málaga, mostrando "un dolor auténtico y sincero" a sus familiares.

Según ha destacado, Dorado Soto "dejó una impronta de entrega, trabajo y cercanía". "Fue siempre un hombre muy cordial y afectuoso y muy identificado con Málaga", ha subrayado De la Torre.

Ha insistido en que "fue un hombre muy entregado y muy conocedor de toda la realidad de la Iglesia católica en Málaga", por lo que "deja en mí un recuerdo imborrable". "Ha sido un placer conocerle y de alguna manera colaborar con él", ha asegurado.