260 metros de largo, casi 11 de altura, 150 toneladas de peso y con un coste de 1,5 millones de euros a pagar a partes iguales por el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación. El proyecto de pasarela peatonal de madera para salvar la margen izquierda del río Guadalhorce, anunciado en noviembre del año pasado como parte de la Senda Litoral de Málaga debía haber comenzado este trimestre pero sigue en el aire a causa del emplazamiento.

El lugar elegido, mostrado en la presentación de la pasarela en un acto al que asistieron el alcalde Francisco de la Torre, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y el delegado del Gobierno de la Junta, José Luis Ruiz Espejo, se encuentra muy cerca de los límites del Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce.

La Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife) calcula que el emplazamiento anunciado, a la altura del estadio de atletismo, está a unos 150 metros de la zona en la que anidan especies, muchas de ellas protegidas.

«Si la pasarela se sitúa donde quiere la Diputación, aunque la gente pasase con cuidado, el trasiego de personas ya asusta a las especies que se reproducen en las lagunas», señala Francisco Rivera, coordinador en Málaga de SEO-Birdlife.

El portavoz ecologista recuerda que muchas de las especies están en peligro de extinción y buscan la tranquilidad de la desembocadura para anidar. «Es un sitio muy especial que no existe en toda la costa», cuenta, al tiempo que subraya que en un paraje como este «tiene prioridad absoluta sobre el disfrute de las personas el bienestar de la fauna, algo que parece que no interesa a las administraciones».

En todo caso, sí quiso subrayar que SEO no se opone a la pasarela. «No es barbaridad desplazarla un poco más arriba, a 500 metros está la autovía y más al norte el paso tradicional del puente de la Azucarera que sólo habría que mejorar. A lo mejor ese millón y medio de euros sale más económico ampliando y mejorando lo que ya existe».

En la misma línea se encuentra el vecino Carlos Alonso, que en los ratos libres que le dejan unas oposiciones y el cargo de responsable de relaciones institucionales de Amnistía Institucional en Andalucía recorre desde hace dos años el paraje natural y lucha por su preservación.

«Ahora que hemos conseguido que pongan unas barreras junto al paraje para evitar el paso de vehículos, quieren abrir una pasarela y abrir oficialmente el paso». Carlos Alonso cree que la pasarela traerá más basura y molestias para los animales. Por eso piensa que ampliar el puente de la N340 sería la solución. «Además, la Gran Senda (que enlaza con la Senda Litoral) pasa a 15 metros».

Un portavoz de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía señaló ayer que la pasarela «de momento no pasa por ningún lado» y destacó que los técnicos de la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento se están planteando otros emplazamientos, no sólo por las posibles molestias a la fauna, sino por las dificultades para acceder con maquinaria pesada a la zona.

A primeros de mes, Medio Ambiente de la Junta recibió la petición de permiso para hacer unas catas del terreno. «Estamos preparando la respuesta, con los informes de varias áreas y falta un informe sobre protección ambiental», destacó este portavoz.

El concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, declaró ayer que «si hace falta por motivos de conservación» se trasladará de sitio la pasarela, pero sin que suponga dar un gran rodeo, ya que el lugar inicial elegido está alineado con el puente que hay enfrente, en el margen derecho del río, construido para una vial de acceso para los servicios de mantenimiento de la Desembocadura del Guadalhorce.

Urbanismo no contempla instalarlo por encima de la autovía ni mucho menos en el puente de la Azucarera. La pasarela, de momento, sólo avanza en los despachos.