­Imaginen desplazarse y dormir bajo una tienda de campaña a la intemperie en el Ártico, a temperaturas que oscilan entre los 30 y 40 grados bajo cero, a lo que se le unen las más que probables tormentas de nieve y, por si fuera poco, bajo el riesgo constante de ser atacado por osos polares.

Ésas son las condiciones en las que Manuel Calvo, malagueño de 48 años, realizará un viaje que durante ocho días le llevará a recorrer una ruta de 300 kilómetros por Groenlandia, donde visitará algunos de los puntos más septentrionales del planeta con un trineo tirado por dieciséis perros de raza groenlandesa, una de las más longevas.

Entusiasmado ante este reto, Manuel Calvo explicó que el objetivo de esta aventura no es otro que «hacer un homenaje al perro», para así «devolverle todo lo que le debemos», pues los canes «han cumplido un papel esencial a lo largo de la historia», para posteriormente «transmitir estos valores a los más jóvenes».

Si todo sale como está previsto, este periplo bautizado como «Desafío Ártico» comenzará y acabará en Qanaaq, el pueblo habitado de forma natural más al norte del mundo, si bien el explorador recorrerá junto a un esquimal la Ruta del Narval, una tradición local para cazar el cetáceo.

Tras cuatro escalas, Manuel Calvo llegará en avioneta a esta localidad groenlandesa, equipado con el material necesario para moverse y acampar sin riesgos de congelación, aunque no descarta que deba construir un iglú para descansar con su compañero inuit si el frío alcanza niveles insoportables.

Las bajas temperaturas no son el único riesgo al que se expone este intrépido viajero, pues el oso polar habita por las tierras groenlandesas por las que se moverá, aunque confía en que la presencia de los perros les disuada si en algún momento se cruzan por su camino.

Los perros groenlandeses son, de hecho, parte esencial de este proyecto, al ser ejemplo de lo importante que puede llegar a ser este animal en la vida del hombre, ya que sin ellos el pueblo esquimal «está claro que no existiría como lo conocemos», por lo que son «la población que más le debe a los perros», según el aventurero.

La razón de este viaje es acudir al sitio donde el hombre depende más del perro para hacer ver la importancia de los canes en la humanidad durante la historia, con el objetivo de concienciar a los niños para que respeten al animal y «que se eviten así los abandonos y maltratos».

Calvo recalca que este proyecto pretende que el explorador cuente su testimonio en varios centros escolares, sustentado por el material fotográfico y vídeo que obtenga en Groenlandia, que también será expuesto en el Ayuntamiento de Málaga, «aunque ya hay otras ciudades interesadas».

La promoción didáctica del binomio hombre-perro es uno de los ejes de este viaje, organizado por la asociación Maratón Dog y patrocinado por Canon y Purina Pro Plan, y que tiene como eslogan «El hombre debe ser el mejor amigo del perro», una paráfrasis del clásico «el perro es el mejor amigo del hombre».

Sin embargo, el viajero recalca que también se pretende ayudar a la población groenlandesa, pues la expedición busca incentivar este tipo de travesías, lo que proporcionaría una alternativa a la estrecha economía de las comunidades árticas sin vulnerar la forma de vida de los habitantes.

Esta expedición pretende ser el punto de partida que dote de visibilidad mediática a la organización, según declaró Calvo, que señaló que si la experiencia en el Ártico resulta positiva, llevará a cabo futuras travesías en clave canina en otros climas extremos.