­Sin que hubiera ningún incidente. Tal vez con alguna palabra fuera de contexto o más alta que otra, pero sin estridencias. Así se desarrolló en la mañana de ayer el desalojo de un nutrido grupo de okupas de un edificio ubicado en la zona de Juan XXIII por parte de la Policía Nacional, según confirmó a este periódico uno de los portavoces, Carlos Martín, quien aseguró que los agentes se limitaron a cumplir órdenes. Éste añadió que son setenta familias las afectadas.

No en vano, el desalojo habría sido ordenado por el Juzgado de Instrucción número 1 de la capital, ya que el edificio, conformado por dos bloques, estaría en muy mal estado una vez que la constructora que lo levantó entró en quiebra.

La participación de los agentes se circunscribió a apoyar a la comisión judicial en las funciones habituales que se desarrollan en estos desalojos y no hubo incidente alguno, confirmaron fuentes policiales.

«Yo llevo aquí un año y medio casi, y entré en el edificio porque no tenía dónde vivir. Esta mañana -por ayer- nos han desalojado», precisó Martín, quien añadió que luego los funcionarios dejaron a los okupas entrar a buscar en las respectivas viviendas algunos objetos personales que con las prisas dejaron en el olvido.

Luego, indicó, vieron cómo se soldaban algunas puertas y se tapiaban otras para impedir su acceso al edificio mientras los desalojados se concentraban frente a la construcción. «Esta noche -por ayer- no tenemos dónde ir, supongo que dormiremos en la calle, y aquí hay gente con animales y con niños», precisó Martín, oficioso portavoz de los afectados. En este sentido, añadió que probablemente haya más de setenta familias porque en las últimas semanas muchas personas dormían también en el parking.

El edificio ha protagonizado varias páginas de la reciente crónica negra malagueña, ya que allí estuvo retenida la joven discapacitada Irene Ayllón en 2013, cuyos captores fueron absueltos de secuestro y abusos después por la Audiencia Provincial de Málaga.

En esta construcción también ha habido alguna que otra reyerta y diversos problemas de insalubridad antes de que los actuales ocupantes estuvieran viviendo en los diversos domicilios.