­«Vamos a salir a por todas», dijo el secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, cuando fue preguntado por las expectativas que barajan los socialistas de cara a las próximas elecciones municipales. Toda una declaración de principios. Sin duda. Pero esta vez, lejos del optimismo forzoso que abruma tantas veces, se lo creen de verdad. Los resultados de las elecciones autonómicas han estimulado las previsiones y el partido ya tiene entre ceja y ceja recuperar la Diputación Provincial que perdió de forma estrepitosa en 2011. Tanto el mencionado secretario general, como el portavoz socialista en la Diputación de Málaga, Francisco Conejo, comparecieron ayer sobrados de confianza para anunciar un paquete de medidas destinado a regenerar democráticamente la institución provincial que pronto esperan recuperar para el PSOE. Entre otras, una reducción salarial del 6 por ciento para todos los diputados provinciales.

Por si acaso, y para que no quede margen a la disparatada improvisación, Conejo adelantó ayer una batería de propuestas enfocadas a acabar con la «discrecionalidad y el oscurantismo» que se habrían instaurado en el ente desde que luce estandarte popular. Todo un decálogo de medidas regenerativas, al que hay que sumarle la ya adelantada intención de recuperar el Patronato de Turismo. Todo apunta a que el PSOE, los próximos días lo confirmarán, ya ha abandonado el papel clásico de oposición fiscalizadora, para dar un paso en firme y actuar como cuando uno anda por casa.

El ambicioso objetivo que se ha marcado Conejo, si es que, finalmente se convierte en presidente de la Diputación, pasa por convertir el ente supramunicipal, según sus propias palabras, en un «referente nacional de transparencia y de buen gobierno».

Para lograr dicha meta, ayer adelantó los trazos de su proyecto de regeneración democrática. Palabra, dicho sea de refilón, que compite por ser una de las más utilizadas durante toda la campaña electoral. Si el análisis unánime de los últimos años dicta que la sociedad civil necesita una elevada dosis de transparencia y participación democrática para recuperar la confianza en los políticos, Conejo se lanzó ayer en forma de infinitas propuestas: imposibilidad de vetar ninguna moción de ningún grupo, garantizar el acceso a información a todos los partidos representados y publicar las iniciativas que vayan a cada sesión plenaria antes de la misma. Además, casi metido ya en traje de presidente, también formalizó su apuesta firme por recuperar los presupuestos participativos.

Heredia apela al sentido de la responsabilidad en la investidura. Que la investidura de Susana Díaz se está complicando debido a la larga sombra que arrojan los expresidentes de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, ya no es secreto alguno. Con la negativa de PP y Izquierda Unida asegurada, la investidura de la presidenta en funciones pasa por hacerse con el apoyo, bien de Podemos o de Ciudadanos. El problema es que las formaciones políticas, ambas de estreno, ya han afirmado rotundamente que el PSOE puede seguir esperando, siempre y cuando los socialistas no prescindan de inmediato de sus exmandatarios, ahora imputados. En este sentido, el secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, apeló a la «responsabilidad» de todas las fuerzas políticas para que Andalucía pueda poner en marcha su Parlamento. «Los andaluces y las andaluzas ya han dejado claro en las urnas lo que quiere», manifestó en referencia a la mayoría de votos obtenidos por parte de Susana Díaz. Con las elecciones municipales en el horizonte, todos los partidos juegan sus cartas como más le conviene. Con este panorama, no sería una quimera pensar que la investidura se pueda prolongar hasta junio. «Andalucía no puede estar paralizada por mucho tiempo», sentenció Heredia.