La subida al Monte Gibralfaro es al turista en Málaga lo que el ascenso al puerto del Tourmalet para los ciclistas del Tour: un clásico absoluto.

A pesar de que no hay día del año en el que turistas de medio mundo no suban el monte, ni el camino ni la falda sur del cerro se encuentran en buen estado de revista, a juicio del grupo municipal de Izquierda Unida. En primer lugar, por el estado general de los árboles y arbustos de la ladera que mira al mar, pero también por el rosario de pintadas y destrozos que presenta la senda hasta el castillo.

«Esta zona está muy deteriorada y descuidada, debía tener un mantenimiento diario porque cualquier día entre semana acuden muchos visitantes», comenta en lo alto del monte Eduardo Zorrilla, portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, mientras comienza a bajar el camino y se cruza con un grupo de turistas orientales.

El concejal tiene a su izquierda, muy cerca del parador, varios matorrales y comenta: «Aquí hay que entrar con un machete». A su lado, David Arrabalí, técnico del grupo, señala los árboles secos y despanzurrados que se suceden ladera abajo. «Se ve que estos pinos no tienen un mantenimiento muy bueno porque hay muchas ramas muertas y como esto no está considerado ni jardín ni nada, no tiene un cuidado habitual».

El pasado mes de marzo Izquierda Unida envío una carta al alcalde en la que se interesó por el estado de los eucaliptos de Gibralfaro. La carta preguntaba cuándo se podarían. «Hay vecinos que nos comentan que los eucaliptos tapan la vista de la muralla y casi del castillo», explica David Arrabalí, mientras que Eduardo Zorrilla subraya que habría que cuidar esta vista de Gibralfaro, «desde la plaza de Torrijos y el Muelle Uno, que además es la entrada de los cruceristas», precisa.

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, contestó días más tarde a IU que «la masa arbórea que rodea el castillo y muralla de Gibralfaro no precisa de actuación alguna en materia de poda», en todo caso, en atención «a criterios puramente estéticos y de visibilidad», informó de que el Ayuntamiento, en colaboración con la empresa FCC, adjudicataria del lote de jardines del Centro Histórico, haría un estudio «que analice dichos criterios y plantee eventuales actuaciones».

Pero las quejas de IU no se limitan a la falta de cuidado de los árboles. Pide un tratamiento para el resbaladizo piso del camino turístico, que además está jalonado de pintadas, muchas de ellas concentradas en el mirador de Gibralfaro, donde además sólo queda la base de unos binoculares turísticos, que fueron arrancados hace años.

«Antes funcionaba esta fuente, que es muy necesaria para todo el que subía hasta arriba», comenta David Arrabalí, que señala la fuente sin agua, justo detrás del mirador, cubierta además de pintadas.

En una puerta tapiada y enladrillada, ya en la Alcazaba, los dos representantes de IU muestran una pintada de enormes caracteres, al tiempo que un poco más abajo, señalan el mal estado del muro de contención del paseo de don Juan Temboury por el que asoman ramas y matorral y la verja oxidada que lo remata.

Para el concejal Eduardo Zorrilla, resulta primordial poner en marcha «definitivamente» el plan especial previsto para el Monte Gibralfaro y no dejar que el arreglo de esta zona tan frecuentada por turistas se supedite «como tantas otras cuestiones del Patrimonio de Málaga, a conseguir una escuela taller».