Justalegría, la fusión de las palabras justicia social y alegría, nació sobre el terreno, en la República Dominicana, donde durante 10 años ha vivido el malagueño nacido en Cádiz Jesús Criado, coordinador de la ONG. «Amigos y familiares la fundaron por las necesidades que allí había y la oportunidad que Málaga ofrecía de recaudar fondos», resume.

Casi una década más tarde, Justalegría recorre el globo para presentar proyectos de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria. «Con el paso del tiempo, la profesionalización de la ONG ha hecho que aumentemos el número de socios de los 12 iniciales a 150 y que consigamos financiación del Ayuntamiento de Málaga, la UMA, empresas y entidades de Málaga», cuenta.

En todo caso, Jaime de la Torre, técnico de Justalegría, explica que al no depender exclusivamente de fondos públicos y tener un buen porcentaje de fondos privados, ha hecho que aguanten mejor la crisis.

Lo curioso es que uno de los proyectos que la ONG tiene en marcha no ha ido en busca de países vecinos y o lejanos sino que se desarrolla en la misma ciudad de Málaga. Se trata del programa Alienta de prevención de suicidios.«El INE publicó datos de 2012 en los que el suicidio era la primera causa de muerte no natural por encima de los accidentes de tráfico. La tasa andaluza era superior a la española y la de Málaga superior a la media andaluza», resume Jaime de la Torre, que también resalta que en comparación con otros países de la OCDE la tasa española sigue siendo inferior.

El programa Alienta, en colaboración con el Ayuntamiento y el Teléfono de la Esperanza, forma a profesionales de los centros municipales de servicios sociales para tratar de atajar un fenómeno que ha aumentado con la crisis. «Hemos diseñado una herramienta de evaluación en colaboración con un departamento de la Facultad de Psicología y un psiquiatra del Carlos Haya para detectar de forma temprana a la población en riesgo», explica.

Y al otro lado del Estrecho, Justalegría desarrolla ahora mismo dos proyectos muy interesantes. Por un lado el centro profesional Baraka en Nador, donde ofrece clases de cocina, bordado y fontanería para 120 alumnos. Se trata de un proyecto financiado por el Ayuntamiento de Málaga que la ONG realiza con su socio local, Cáritas Tánger y el jesuita español Esteban Velázquez, que dirige este centro de formación profesional. «En Nador se están construyendo ahora mismo seis megacomplejos hoteleros y campos de golf, reproduciendo el modelo de la Costa del Sol, la idea es que poco a poco se convierta en un centro de formación profesional especializado en Hostelería.

En este sentido, el coordinador Jesús Criado confiesa que en el futuro le gustaría que este proyecto tuviera la colaboración de malagueños que compartan su experiencia. «Al estar tan cerca de Marruecos, podían apoyar tanto restaurantes como hoteles, centros de formación, etc..».

El tercer proyecto, también en Nador y capitaneado por el jesuita Esteban Velázquez es la Delegación de Migraciones: aseguran el derecho a la salud todo el año, las 24 horas, a los cientos de inmigrantes ilegales que aguardan en el Monte Gurugú para cruzar la valla de Melilla. Al dormir a la intemperie, las enfermedades se multiplican pues Marruecos desmantela sus refugios, de ahí que la delegación les proporcione mantas, ropa de abrigo, el traslado al hospital más cercano, fármacos y consultas externas. Tres ejemplos del buen trabajo de esta ONG de Málaga (www.justalegria.org).