La respuesta es sí. Tomar ibuprofeno es seguro y sólo entraña riesgos en un grupo determinado de la población o si se consume durante un periodo de tiempo prolongado en dosis altas.

Este común antinflamatorio se ha convertido en la aspirina del siglo XXI en lo que a consumo en el hogar se refiere. Sus bondades a la hora de quitar un dolor o bajar la fiebre se suman a que es uno de los imprescindibles de los botiquines caseros. Todos tenemos una caja de estas pastillas prescrita por un médico por una faringitis, un dolor de muelas o un esguince.

Pero esta semana han saltado las alarmas. El Ministerio de Sanidad ha alertado del riesgo cardiovascular que conlleva tomar altas dosis de este medicamento tras la revisión europea hecha sobre el riesgo cardiovascular de estos fármacos. Por eso, se ha recomendado a los médicos que no receten más de 2.400 miligramos diarios de ibuprofeno ni más de 1.200 miligramos de dexibuprofeno a pacientes con patología cardiovascular grave como insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica establecida, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular. No obstante, los expertos han recordado que es un fármaco seguro y que el problema es su uso indiscriminado. El jefe de servicio de Medicina Interna de Quirón Málaga, Miguel Marcos, señala que el principal problema en torno a este medicamento es que se le ha perdido «el respeto». «Se ha mandado mucho y se ha abusado, hasta el punto de que hoy día no hay casa sin una caja de paracetamol o ibuprofeno», destaca el médico, que reconoce que gran parte de la población se automedica con estos medicamentos porque quita el dolor de forma eficaz o baja la fiebre. Por eso, recomienda que las personas que padecen de tensión alta, problemas de hígado, riñón o digestivo limiten su consumo o lo hagan siempre bajo la prescripción de un médico. «Que una persona con problemas cardiovasculares tome un antinflamatorio es el equivalente a que un hipertenso tome mucha sal», señala el doctor, que admite que abusar de él puede ocasionar, incluso, una hepatitis. Y no sólo eso, el doctor Marcos señala que puede cronificar el dolor de cabeza, provocar sangrados o úlceras digestivas, gastritis o alergias o intolerancias.

Por eso, recomienda que, ante un problema de salud, los pacientes tomen paracetamol, un medicamento con menos efectos secundarios que no sube la tensión y no provoca síntomas con grandes repercusiones, u otros antinflamatorios como naproxeno que no provocan ese daño cardiovascular. Aún así, el jefe de Medicina Interna de Quirón Málaga afirma que lo primero ante cualquier dolencia es acudir al médico pues individualizará el tratamiento. «Esa es la clave, no valen los fármacos milagro», señala Miguel Marcos que recuerda que no hay fármacos inocuos y que ninguno está exento de efectos secundarios.

De acuerdo con los últimos datos publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos sanitarios (Aemps) de 2012, en España se consumen cada día y por cada 1.000 habitantes 21,51 dosis diarias definidas (DDD) de ibuprofeno, cada una de 1,2 gramos, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud.

El uso de este medicamento se duplicó entre 2002 y 2012, si bien el nivel máximo de consumo se alcanzó en 2009, con 26,49 DDD por cada 1.000 habitantes, y se redujo paulatinamente desde entonces y hasta 2012, cuando su utilización quedó en los niveles de 2006.