Cerca de ochenta profesionales de la sanidad pública malagueña hicieron público ayer un contundente manifiesto en el que denuncian las principales carencias del sistema y en el que exigen a los gestores una apuesta por el mismo con más recursos y profesionales. Justo el día en que el nuevo Parlamento andaluz se constituyó, el día en que los once colegios profesionales sanitarios de la provincia se reunieron para pedir mejoras a los gestores públicos de la sanidad, los principales jefes médicos alertaron de la «grave degradación» de la sanidad pública en Málaga, en clara referencia a la gestión del Servicio Andaluz de Salud y a sus responsables políticos en los últimos años.

El documento, refrendado por los principales jefes de servicio de la sanidad pública malagueña, deja entrever el descontento de los profesionales que cada día se dejan la piel por el sostenimiento del sistema. Titulado «Salvar el sistema sanitario público malagueño», el manifiesto, que ocupa un folio y medio, hace referencia al documento nacional «Salvar la sanidad pública» de las filósofas Victoria Camps y Adela Cortina que pedían la renovación del sistema sanitario con la exigencia de un compromiso.

Entre los responsables que firman el documento están los directores de unidades de gestión clínica como Salud Mental, Urología, Medicina Interna, Cirugía General, Digestiva y Trasplantes, Endocrinología, Cuidados Críticos y Urgencias, Anatomía Patológica, Aparato Digestivo, Oncología Radioterápica, Neurocirugía, Laboratorio, Otorrinolaringología, Cuidados Críticos y Urgencias Pediátricas, Anestesiología, Urgencias, Maxiolofacial o del Tratamiento del Dolor. Asimismo, firma el documento el gerente hasta 2012 de Carlos Haya Antonio Pérez Rielo.

Muchos profesionales aplaudieron ayer la aventurada medida. Se alegraron del paso de unos cuantos, de los jefes, por poner su grano de arena para dar una gran vuelta de tuerca al sistema que, aseguraban, se viene abajo. Otros, sin embargo, afirmaban que el informe sólo buscaba los tres pies al gato. Afirmaron que el documento sólo recoge el descontento personal de algunos médicos que no comulgan con los titulares de la Consejería de Salud y que no saben mirar más allá de sus ombligos. Estos afirmaban que se trataba de una manipulación interna e, incluso, partidista. Así, echaron de menos la rúbrica de los jefes de servicio de Medicina Nuclear, Hematología, Radiología o Cardiología que, según alertaron, «si no firman será por algo».

Los firmantes aseguran sentirse orgullosos y responsables de la sanidad pública, motivo por el que quieren transmitir a la sociedad y a las autoridades su «profunda» preocupación por la situación en la que se halla sumida la sanidad malagueña.

Entre las principales críticas los responsables afirman que esta tiene un déficit crónico de financiación. «Se refleja en una precariedad de recursos estructurales y humanos que se ha visto agravada de manera alarmante con la reciente crisis económica», aseguran. Por eso, exigen alternativas que garanticen la sostenibilidad del sistema mediante una adecuada financiación que asegure el cumplimiento de la cartera de servicios comprometida con la ciudadanía.

En lo que se refiere a infraestructuras, los profesionales sanitarios recuerdan que Málaga está a la cola de los recursos sociosanitarios y de número de camas. «La precariedad de muchas instalaciones y la falta de renovación tecnológica abonan la ineficiencia del sistema. El entorno es un elemento clave para la percepción de la calidad de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos, y muchas de nuestras instalaciones están inaceptablemente obsoletas», afirman rotundamente. Por eso, lamentan que a pesar de que los problemas «persisten y se agravan», la Junta de Andalucía no ha cumplido con la promesa (2008) de construir un nuevo centro sanitario en la capital, en relación al macrohospital, que evitaría la «dispersión» en pabellones del Hospital Regional. Además, lamentan que no se hayan concluido los hospitales de Ronda o Marbella, por lo que piden a los distintos responsables políticos que doten a la provincia de la infraestructura hospitalaria «que se merece».

Respecto a la Atención Primaria, los responsables sanitarios la califican como una de las grandes «damnificadas». Afirman que se trata de la piedra angular y que, sin embargo, no dispone de la dotación humana y de medios que requiere. «Si no potenciamos a nuestra Atención Primaria con suficientes recursos humanos y materiales, si no dotamos a nuestros médicos de familia de los tiempos asistenciales precisos y de los medios diagnósticos necesarios, las urgencias seguirán saturadas y los hospitales colapsados», destaca el documento, que apuesta por una reforma del funcionamiento de los centros de salud como la solicitada por todos los sindicatos, las sociedades científicas y el propio Colegio de Médicos de Málaga la semana pasada.

La precariedad laboral es otro de los puntos del manifiesto. Los médicos malagueños advierten de que esta ha conducido a la «desconfianza» y a la «desmoralización» de toda una generación de profesionales altamente cualificados que, consideran, deberían ser el relevo natural de la organización.

Así, señalan que los contratos parciales y bajos salarios necesitan una apuesta por la profesionalización ante una «severa» pérdida de su capacidad adquisitiva y un «importante» deterioro de sus condiciones laborales. «Instamos a que potencien la gestión clínica, un modelo que busca la implicación de los profesionales en la búsqueda de la eficiencia en la utilización de los recursos y en la excelencia de los resultados», señalan, al tiempo que exigen la modificación urgente del sistema de contratación «marcadamente rígido y burocratizado introduciendo criterios estrictamente técnicos y de capacitación profesional que aseguren la excelencia y la continuidad de la asistencia».

Los 77 firmantes piden confianza a los gestores. Les recuerdan que ellos son los que se enfrentan día a día a los fallos del sistema y les piden comprensión y lealtad. «Nuestro sistema sanitario público, admirado en muchos países, está en serio riesgo si no se acometen sin demora reformas en profundidad. Los profesionales, los gestores y los ciudadanos deben ser los ejes de este cambio. Apelamos al sentido institucional de nuestros gobernantes para que no hagan de la sanidad un elemento de confrontación política. Defender la sanidad pública es un deber moral de todos. Si permitimos su deterioro estaremos aceptando una sociedad menos justa, menos solidaria y menos libre», concluyen en el manifiesto, que finaliza con sus firmas.