­La XII reunión nacional de coordinadores de Trasplantes y profesionales de la Comunicación reúne estos días en Zaragoza a decenas de expertos que debatirán sobre el presente y el futuro de los trasplantes. El director de la ONT destaca que la perfusión de órganos puede ser la solución a los trasplantes infantiles, donde hay peores datos debido a la disminución de donaciones.

El año pasado España volvió a batir récord de trasplantes y parece que 2015 va por el mismo camino. ¿Tienen techo?

No nos podemos plantear un techo porque si nos lo planteáramos, mal iríamos. Esto es mérito de los hospitales, de las comunidades y de los profesionales. Nosotros sólo los conducimos, aunque las decisiones se hacen siempre con el acuerdo de todos. Los aumentos de este año tienen una apellido andaluz realmente tremendo, es la comunidad que más está creciendo. Andalucía pone de manifiesto que las cosas no pasan de casualidad, de hecho en casi todos sus hospitales está aplicando la donación en asistolia y el programa accord. Creo que la coordinación autonómica andaluza está funcionando magníficamente, el crecimiento en números absolutos demuestra que las cosas no ocurren porque sí. No podemos marcar un techo porque cuando crees que sí, ves que no, que hay fuentes que quedan por explorar y no sabías que existían.

Muchos países nos llevan la delantera en muchos otros temas. ¿Qué se ha hecho bien aquí?

Se han hecho dos cosas. Que esto se basa en un buen sistema nacional de salud, ya que la gente para donar necesita confianza en su sistema. El resto es la buena organización. Es buena y original, no hemos copiado a nadie, y además está descentralizado, no es una organización vertical, sino horizontal, que saca lo mejor de todo. Ha funcionado bien y se ha perfeccionado año tras año. Esto nació en el 89 pero en el 92 ya éramos los primeros del mundo y después, año tras año, hemos seguido subiendo y creo que si me dijeran que resumiese en una palabra cómo, diría «organización».

Se han referido a un doble objetivo. Al de perpetuar la confianza y la transparencia. ¿Es esa la clave del éxito de España?

Sí, en esto lo más fácil es ver el ejemplo negativo más que el positivo. Hay ejemplos muy claros de que cuando se pierde la transparencia las cifras de donaciones caen en picado. Eso ha ocurrido en Alemania, ha habido gran cantidad de escándalos y se ha llegado a límites insospechados. Este país tiene una donación por millón de habitantes de 10, pero es que en España tenemos comunidades del norte, donde la población está más envejecida, con cincuenta, como La Rioja, Asturias o Cantabria. En lugares más jóvenes como el Mediterráneo es de 40. Pero es que es una proporción de cuatro a uno. Y otro que ha tenido el mismo problema y ha bajado es Dinamarca. Uno de los motivos de que en España vaya tan bien es que este tema tiene el apoyo de todos los grupos políticos, es un reflejo de la sociedad, y eso que se ponen de acuerdo en pocas cosas. Es un orgullo nacional, la gente lo percibe y quiere contribuir a ello, yo creo que es un sistema que la gente no dejaría caer. La confianza anima mucho, dicen que lo que más ayuda a triunfar es el éxito. La gente contribuye a lo que merece la pena.

Cada vez hacen más donaciones en asistolia, cosa que hace unos años era impensable. Ese aumento en el último año de más del 70%, ¿se dará en otra modalidad aún por descubrir?

No, esos aumentos obedecen a que es una técnica que está relativamente empezando. Es el futuro, lo que es verdaderamente notable es que ese tipo de donación, en la que los norteamericanos llevan años de ventaja, en dos años les hemos adelantado y hacemos mucho más que ellos. Eso pone de manifiesto que es un sistema muy bueno técnicamente con una confianza de la población enorme.

¿Hacia dónde vamos? ¿A potenciar la donación de tejidos?

Hay que darle importancia a todo, el problema a veces es que hay demanda de una cosa y a veces más de otra. En el tema de progenitores hematopoyéticos -para leucemia-, empezamos apostando fuerte por el cordón umbilical. Luego hemos pasado a la médula, no se puede potenciar todo a la vez. Hay que ver las demandas e ir atendiéndolas. Lo que importa es que la persona que necesita un trasplante de órgano o de células lo tenga en el menor tiempo posible y con la mayor calidad, ese es nuestro único objetivo.

¿Hasta que punto es clave el entendimiento entre profesionales?

La coordinación es fundamental. España ha obtenido las cifras que ha obtenido porque nuestros coordinadores son intensivistas, porque trabajan y dominan perfectamente lo que ocurre dentro de la UVI. Nuestra asignatura pendiente era ir mejorando lo que que ocurría fuera, y lo vimos hace años cuando observamos que algunos hospitales tenían una tasa de donación muy superior a otros y nos preguntamos el por qué. Cuando lo analizamos vimos claramente que los médicos de urgencias jugaban un papel fundamental. Y apostamos por el entendimiento con la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (SEMES) y está dando muy buenos resultados.

¿Y la posibilidad de una lista común europea que permita las donaciones entre países?

Yo creo que en órganos no tiene ningún sentido, sí en medula. Las células y tejidos se pueden congelar. Los intercambios entre países son los que son y muy limitados, hay una línea de actuación esperanzadora: mejorar los sistemas de perfusión de órganos para enviarlos a grandes distancias. Eso tiene sentido en órganos que son muy escasos como el corazón infantil y ahí puede suceder que tengas a enfermos en listas de espera meses, o que se dé lo contrario, que tengas un donante y no un receptor. Disponer de procedimientos que permitan transportar esos órganos a grandes distancias permite el intercambio y dar más oportunidades al niño en lista de espera. Solo tiene sentido en esos casos.

El Carlos Haya de Málaga fue, junto al 12 de Octubre, líder nacional el año pasado en trasplantes renales. ¿A qué se debe?

Cuando empezamos en los años 90 en Andalucía las cifras de donación eran bajísimas. No eran las más bajas pero estaban en torno a 9 o 10 por millón. La gente decía que obedecía a temas de religiosidad, el sentido de la vida y de la muerte... Se demostró que era falso, que era un problema como en el resto de España, organizativo. Se organizó y muy bien y Andalucía ha sido con diferencia en números totales la comunidad autónoma que más ha subido. Está muy bien gestionada y ha seleccionado a personas muy bien entrenadas, tiene una red de coordinadores muy buena. Hace dos o tres años alcanzó la media nacional, siempre había estado por debajo. Ha habido cosas muy importantes como el programa de asistolias tipo 3 y tipo 2, y Málaga estaba en la actividad media y ahora es el hospital de España con más trasplantes renales. Ha dado un giro radical en los últimos años.

En 2017 acogerá los Juegos Olímpicos de Trasplantados...

Los juegos para trasplantados tienen dos objetivos: demostrar que alcanzan niveles de curación óptimos y la necesidad de transmitir al colectivo de trasplantados que hay que hacer ejercicio, no es por batir marcas. La idea surgió para concienciar, y aunque en España está conseguido, no está de más.