El Instituto Cultural de Dublín que fundó José Antonio Sierra, germen del Instituto Cervantes, ya ofrecía en 1975 clases de catalán, gallego y euskera, un inadmisible gesto para la época por el que el Ministerio de Asuntos Exteriores pidió su cese, aunque al final las aguas políticas se calmaron.

Queda claro que para José Antonio Sierra, abulense pero dublinés de adopción después de 33 años dedicado a la enseñanza del español en la capital de Irlanda, el fomento de las lenguas cooficiales de España no es una ocurrencia. Este año ha aprovechado para escribir a los principales partidos políticos, a sus sedes centrales, y preguntarles si fomentarán las enseñanzas de catalán, gallego y euskera en cualquier parte de España, siempre que haya demanda en las escuelas de idiomas e institutos de idiomas de las universidades.

Todos los partidos -incluidos los nuevos, Ciudadanos y Podemos- con la salvedad del Partido Popular, le han contestado que están a favor de la medida. «El PSOE ya lo hizo con anterioridad y dijo que en la Junta iba a fomentarlo, pero la verdad es que no se ha traducido en nada», lamenta.

José Antonio, que habla inglés y francés y lee en gallego y catalán, considera una incongruencia «que se pueda estudiar catalán, gallego y euskera en muchos centros de español en el extranjero, pero no en España». Y precisa que sí se estudian las lenguas cooficiales en las comunidades autónomas bilingües y en la Universidad de Salamanca, mientras que la de Granada ofrece Filología Catalana.

En todo caso, se muestra optimista: «Estoy convencido de que en esta nueva etapa que vamos a comenzar en España las lenguas cooficiales se podrán estudiar, siempre que haya un número suficiente, en las principales escuelas de idiomas de España».

Para el profesor abulense, residente en Málaga desde hace 15 años, la propuesta resiste todos los tópicos negativos que suelen achacarse a la enseñanza de estas tres lenguas fuera de las comunidades autónomas que las hablan. «Dicen que no es útil, pero para alguien que va a marcharse a Cataluña es poco menos que imprescindible», sostiene.

No costaría dinero. También descarta la pega de que el dinero destinado a enseñar euskera o gallego se podía destinar a enseñar inglés. «Al contribuyente no le cuesta nada. Se puede hacer como los institutos Cervantes, que contratan profesores de esas lenguas cuando hay cuota de alumnos suficientes y al profesor se le paga con las matrículas».

Y niega que su propuesta demuestre una supuesta simpatía por los independentistas: «Es un motivo para demostrar a los movimientos independentistas que esas lenguas y culturas son tan españolas como el castellano. De hecho, a muchos nacionalistas que les he planteado la propuesta no les gusta la idea», argumenta.

Para José Antonio Sierra, el que se pudiera estudiar euskera, catalán o gallego en la escuela de idiomas de Málaga, Sevilla o Zaragoza sería, al contrario, una oportunidad para mejorar la convivencia entre todos los españoles, eliminar prejuicios y defender y conocer mejor un patrimonio lingüístico de todos.